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Discurso de Gabriel Boric
Por Carmen DE CARLOS, para SudAméricaHoy
Salieron de la cárcel como entraron, sin arrepentimiento ni agradecimiento. Los presos separatistas catalanes, condenados por sedición, malversación de fondos y desobediencia, se abrazaron a una bandera con la leyenda Freedom for Catalonia. El mismo aspecto físico, idéntica retórica, más burlas a la democracia española y el mensaje de siempre, el del 2017: seguimos igual. Dicho de otro modo, ni un paso atrás y en cuanto vean el resquicio, lo volverán a hacer. ¿El qué? Intentar recortar el mapa de España y convertir la región que arruinaron con su intentona golpistas, en una república.
El presidente Pedro Sánchez, salvo que fuera un ingenuo que no lo es, no podía esperar otra cosa. En el Congreso arreciaron las críticas hasta de sus socios en busca de una independencia inviable, con la Constitución en la mano. Desplomado en las encuestas, el liberal Partido Popular, principal de la oposición, exigió elecciones anticipadas y que el pueblo decida sobre los indultos. Por pedir, que no quede. El conservador VOX, anima a los anteriores a que presente una moción de censura y el centrista y a veces oficialista Ciudadanos, en vías de extinción, le llamó de todo menos guapo, como se refieren al presidente del Gobierno español. con sorna, sus detractores.
La España que no es sanchista, ni nacionalista, no entiende el perdón a quien promete reincidir. El Tribunal Supremo se manifestó en contra de una medida de gracia para quien no la merece y ahora sólo puede guardar silencio, pese a ser criticado y desautorizado por el Ejecutivo. El Estado de derecho hace aguas y Sánchez insiste en «restablecer la convivencia», «la concordia» y «la normalidad». Pero, esa convivencia y lo más parecido a normalidad que se puede esperar es la que se ha vivido en toda España mientras los delincuentes estaban privados de libertad, de aquella manera, ya que salían y entraban de esas celdas de privilegio, como si fueran y tuvieran las llaves de su hacienda, recibían visitas sin límite y como Oriol Junqueras, hasta tenía despacho propio.
Los indultos de Pedro Sánchez son parciales (siguen inhabilitados para cargos públicos), individuales y supuestamente condicionados a que no vuelvan a delinquir “gravemente” de aquí a seis años. Tontos serían si lo hicieran. No les hace falta poner la cara. Otros lo harán por ellos. ¿Por qué Sánchez hizo lo que hizo? La respuesta llegó en fórmula de pregunta del diputado de Esquerra Republicana, Gabriel Rufián, “¿Es valentía o necesidad?”. Necesidad, necesidad para mantenerse en el poder. Sin el apoyo de los «indepes», sus días en el Palacio de la Moncloa estarían contados y su salida del mismo sería clavada a la entrada:, una moción de censura. Sin ellos, “Pedro” sería eso, sólo Pedro.