jueves, 6 de noviembre de 2014
Aerolíneas Argentinas, en picado
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Mariano Recalde, Presidente de Aerolíneas Argentinas

Ignacio PeralesPor Ignacio PERALES, para SudAméricaHoy SAH

Perder mil millones de dólares (984 para ser precisos) en año y medio, es algo más que extraviar la brújula o el altímetro. Aerolíneas Argentinas, aquella compañía de bandera que en los años 50 era la envidia de parte del mundo, es la que hoy tiene el dudoso honor de arrojar ese balance, turbulento, sobre la mesa.

El dato es inaceptable para una empresa y debería serlo para un Gobierno que la subsidia. Asumir sin rechistar que se puede tirar por la borda semejante suma de dinero, día tras día (una media de dos millones) y año tras año, resulta difícil de justificar incluso para la propia tropa. Aunque, siempre hay excepciones.

La Auditoria General de la Nación (AGN), posiblemente el único órgano de control de Argentina que hoy está dirigido por la oposición, fue demoledor con su informe (uno más de los presentados desde su virtual reestatización en el 2008).

El trabajo, -importante advertir en el actual contexto argentino-, está rubricado por cinco de los siete miembros de la AGN y cuenta con el voto a favor de Francisco Fernández y Oscar Lamberto, ambos “kirchneristas”. Las excepciones “del palo K” que se opusieron, fueron la ex azafata Vilma Castillo (se abstuvo porque trabajó en AA) y Vicente Brusca, el único que, en rigor, votó en contra. Esto es, la mayoría “K”, en esta ocasión, no tuvo valor para negar las evidencias por mucho que le moleste a Mariano Recalde, responsable del derroche y la mala administración.

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La presidenta, Cristina Fernández con una maqueta de avión

Entre los huecos por los que vuelan -con rumbo definido- los millones, el más grande que descubrió la AGN es el del “mercado internacional y donde menos, en cabotaje” (vuelos interiores). Esto es, los vuelos internaciones y en especial “los de la región” no son rentables.

Otro dato llama la atención de los auditores y permite sospechar que tiene una explicación más política y cercana a La Cámpora que laboral. En el periodo fiscalizado (2011-2012) la compañía sumó 1.125 empleados (más de dos nuevos por día) hasta dejar una plantilla de unos once mil empleados.

Asimismo, AA dispone de, “33 pilotos por cada avión mientras en el mundo, según estimaciones de la IATA, la media es de 13 por nave”. Dicho de otro modo, gasta un 75 por ciento más en personal que cualquiera de sus competidoras de la zona y, por cierto, un 24 por ciento más también en combustible.

El suma y sigue del drama de Aerolíneas (porque es un drama) tiene su punto final con la cifra maldita, los 984 millones de dólares. ¿Por qué las otras compañías de los países vecinos o de la región funcionan y AA no? La AGN da una buena colección de pistas en su informe y esta vez sólo mira dentro de casa y no en la península.

La famosa “operación rescate” para «salvar» la compañía que en el 2008, según también la AGN, tenía una deuda de 800 millones de dólares, comparado con lo de ahora parece un “poroto” (garbanzo para algunos). Para hacer más difícil la digestión de aquella operación o fiesta del Congreso donde se compensó con “un peso” a los españoles de Marsans y compañía, hay que recordar que la película no ha terminado.

El Ciadi (Centro Internacional de Arreglos de Diferencias Relativas a Inversiones del Banco Mundial) aún no ha dicho su última palabra. Y con los antecedentes conocidos no es disparatado pensar que alguna cifra nueva va a incorporar. Es decir, que Aerolíneas Argentinas, otra vez, tendrá que pagar y será, con certeza, algo más que “un poroto”.