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Discurso de Gabriel Boric
Nerea González
Buenos Aires, 6 dic (EFE).- Cristina Fernández concluirá su mandato el próximo jueves 10 y dejará atrás ocho años de gobierno con estampas para el recuerdo, como sus llamativos bailes, su dureza con el adversario y sus sorprendentes comentarios sobre temas tan dispares como el «cerdito afrodisiaco» o su rol de «exitosa presidenta».
Jovial y cariñosa con sus militantes pero iracunda con sus opositores, Fernández ha despertado amores encendidos y odios enconados entre los argentinos.
«Si voy a ser presidenta de Disney todos me van a querer. Pero gobernar la República Argentina es otra cosa», afirmaba en una entrevista con el canal ruso RT, el pasado abril.
Si los eslóganes kirchneristas como «vamos por todo» o «la patria es el otro» forman ya parte de la historia de la política argentina, también quedan para la memoria el «vengo bancando este proyecto» de la «versión K» del tema «Bad Moon Rising» de Creedence Clearwater Revival, o el baile de «El bombón asesino» con el que Fernández se «desmelenó» en 2014, durante la conmemoración del aniversario del retorno de la democracia al país.
El rock tampoco se le resiste, tal como demostró en octubre, cuando se lanzó a bailar durante un acto de campaña ante la mirada atónita de sus acompañantes.
«La ingesta de cerdo mejora la actividad sexual. No es un dato menor. Además, yo estimo que es mucho más gratificante comerse un cerdito a la parrilla que tomar Viagra. Así que les comento que yo soy fanática de la carne de cerdo», lanzó la mandataria, sin pudores y entre risas, en un acto con productores porcinos en 2010.
No tuvo problema en añadir que, durante un fin de semana en El Calafate, con su fallecido esposo, Néstor Kirchner, «nos comimos, en lugar de un corderito, un cerdito riquísimo, al aire libre (…). Impresionante… Y anduvo todo muy bien el fin de semana, además, así que puede ser que tengan razón», completó.
Tampoco la política exterior se libra de entrar a este legado paralelo, más allá de la consigna «patria o buitres» que encabezó la cruzada kirchnerista contra los fondos especulativos que no aceptan la reestructuración de la deuda argentina.
Durante una visita oficial a China, una broma de la mandataria en las redes sociales levantó ampollas entre los ciudadanos del país asiático.
«Más de 1.000 asistentes al evento? ¿Serán todos de ‘La Cámpola’ (La Cámpora, agrupación juvenil kirchnerista) y vinieron sólo por el aloz y el petlóleo?», publicó la mandataria en Twitter tras encabezar un seminario empresarial en Pekín, en febrero pasado.
Se ha atrevido también con el inglés en muchos de sus discursos, introduciendo expresiones como «sorry» (perdón), «always» (siempre), «Oh my God!» (Dios mío) o «made in Argentina» (hecho en Argentina).
El fallecido Néstor Kirchner (2003-2007) es protagonista habitual de sus discursos y para él fue una de las últimas «citas célebres».
«Él está allá arriba, con el (satélite) Arsat-1 y el Arsat-2. Él está ahí, como una suerte de barrilete cósmico», dijo el pasado 6 de octubre, a pocas semanas de las elecciones.
«Lamento, podría parecerme a Einstein pero no soy bipolar», expresó aquel mismo día, en contestación a la portada de una revista satírica.
«Los bipolares son enfermos que tienen una gran dosis de inteligencia y que tratados con su medicación son excelentes. Dicen que Einstein era bipolar ¿no?, mirá vos…», cuestionó.
Aunque admite que la medicina no es su especialidad, no dudó, en marzo de 2013, en lanzar este aventurado diagnóstico: «La diabetes es una enfermedad de gente de alto poder adquisitivo, porque son sedentarios, porque comen mucho».
En sus numerosos discursos en cadena nacional se ha confesado amante de la cocina, «cinéfila» y «fanática» de la serie «Juego de Tronos», en especial del personaje de la Madre de los Dragones.
La presidenta no ha tenido tampoco problema en confesar en más de una ocasión su afición a arreglarse: «Me pinto desde los 15 años como una puerta. Me encanta resaltar que soy mujer», dijo el pasado octubre.
En noviembre de 2012, durante una charla con estudiantes en Harvard, se puso a la defensiva con el notable incremento de su patrimonio desde que asumió el poder: «He sido una exitosa abogada y soy una exitosa Presidenta».
«No voy a volar porque no soy bruja ni pájaro», dijo en febrero de 2014, tras una fuerte devaluación del peso argentino, en alusión a la precipitada salida en helicóptero de la Casa Rosada del expresidente Fernando de la Rúa (1999-2001), en medio de una grave crisis económica y social.
Ahora Fernández prepara las maletas para dejar el Gobierno pero, dice, se queda en «el corazón» de los militantes.