jueves, 26 de diciembre de 2013
Balance de la justicia argentina

marta nercellas

Por Marta NERCELLAS, para SudAméricaHoy (SAH)

Mientras caen las últimas hojas del calendario intento hacer un “balance” del año judicial. A poco de andar –en rigor de escribir – me doy cuenta que la división de poderes que se hizo trizas con el avance del Gobierno sobre las Instituciones,  impide que hablemos de justicia sin pintar el cuadro con los colores de la política. Me di cuenta, entonces, de la difícil tarea que me proponía. La anomia se adentró día a día en las estructuras sociales y la fisura entre el derecho y la realidad nos obliga a hablar de ambas sin poder separarlas. Si lo intento  será una técnica abstracta, una  tela pintada  con pura irrealidad.

Es claro que el universo legal -incluyendo su cúspide a la Constitución Nacional-  habla un idioma que el poder político simula no entender. Desde esa apariencia se exige que las decisiones “oficiales” sean patrocinadas por legisladores o jueces. Las distinciones no cuentan,  todos se convierten  en número complaciente para lograr un objetivo imprescindible para salvar nuestra democracia: Conseguir impunidad. El Gobierno entiende que sólo la impunidad permitirá que siga gobernando.

Con ínfulas libertarias  (claro que se refieren ahora a las libertades personales de quienes saben que infraccionaron la ley abusando del poder que detentaban) y  con el relato de oxigenar la justicia, de democratizar sus cuadros,  quisieron adueñarse de su poder para digitar sus decisiones. Esta vez el instinto de supervivencia pudo más que la complacencia y la Corte declaró “inconstitucional” una reforma que nunca pudo haber sido aprobada en el cuerpo legislativo.

Esa misma dignidad de la Corte Suprema de Justicia no se crispó cuando Zamora burló su decisión y entronizó como gobernadora – en una provincia que tiene las formas de una monarquía- a su señora esposa,  tomando el atajo que le permitía burlar lo decidido por el máximo Tribunal de la Nación.

Luego de muchos zancadillas, gambeteando la obligación de levantar la voz ante la evidente inconstitucionalidad del pacto firmado con Irán, para aparentar  que se ocupan de la búsqueda de la verdad en el atentado perpetrado contra la sede de la Amia, -en rigor el atentado contra el pueblo de nuestra Nación-,  concluyeron con un “ni” , que pretende que aún no hay agravio.

La carátula judicial que cinceló los nombres de Bonafini y Schoklender  tampoco resulta ser  el preámbulo de una investigación que nos enorgullezca. Sus decisiones no pueden ser asignadas a la  columna del “haber” en este “balance”. Tampoco, puedo garabatear esos nombre en el “debe”. La vergüenza  ajena, la complacencia con los actos contrarios a la ley, los desmanejos de los dineros públicos con absoluta impunidad  y la burla a las necesidades de quienes en lo discursivo son erigidos como dueños y destinatarios de las decisiones del Gobierno nacional y popular, me obligan a dar vuelta rapidito la hoja en la que no pude escribir:  «Fue justicia”.

La soberbia de la  dictadura diciendo “nos perdonamos” parece hoy una ingenuidad ante la” astucia” de la “democracia“.  Ahora no se perdonan sino que intentan que quienes deben juzgarlos se olviden o los perdonen. La renuncia provocada del Procurador General, el corrimiento del Fiscal Rívolo, el desplazamiento del Juez Rafecas  por molestar al Vicepresidente con su impertinencia al no frenar las medidas que pueden llevarnos al núcleo desde el que se gestó una sólida prosperidad económica personal .

La designación de la Procuradora General de la Nación  que al jurar se la invistió de un bisturí para cortar todo lo que moleste. El hacer  borrar  el nombre  Lázaro Baez al lado de la palabra “corrupción”, fue su primer servicio. Después de correr de la  investigación a los Fiscales que molestan la tranquilidad de funcionarios y amigos. Designar otros con una tarea previamente señalada,  aunque no revistan las condiciones para el cargo. Armar la trinchera para defender la impunidad diseñando estrategias para que no se descorran los pesados telones construidos para esconder delitos. Suspender a Campagnoli no sólo por haber investigado sino para disciplinar al resto de los que pretendan hacerlo.

Las denuncias por enriquecimiento ilícito que se chocan con la imposibilidad de averiguar la fuente de  las fortunas personales que crecen teniendo como levadura las muertes de los que viajan en un transporte derruido,  o de obras que no se hacen pero se certifican para que pueda emitirse el cheque con el que se paga el ser “complaciente “ con  quien administra el fondo público concreto. La algarabía de pocos a la sombra del dolor de muchos.

El principio de inocencia que es definitivo para juzgar a los amigos pero olvidado para el resto de los ciudadanos. No importa la entidad del crimen que se imputa sino la calidad del vínculo con quienes administran el poder. Milani puede ser agasajado por las Madres  (en rigor por Bonafini), ascendido por los Senadores, porque existe para ello una razón de Estado que está por encima del los Derechos Humanos que pudo haber agredido o de la colaboración con la dictadura que pudo haber prestado. Esa razón es la necesidad de utilizar su estructura de inteligencia para que el poder no se deshilache abruptamente.

La absolución de De La Rúa y  la denuncia del Juez que instruyó la causa, y aunque en rigor desconozco las pruebas o la falta de ellas que determinaron el fallo,  no deja de llamarme la atención que es el mismo Tribunal que años antes absolvió a los imputados por el atentado a la AMIA con una  matriz  idéntica: Se investiga sin facultades al Juez Instructor y se victimiza a los imputados.

La  designación de Jueces subrogantes para la Cámara Nacional de Casación Penal. Aquí no habré de juzgar a las personas ya que  las conozco  y varios tienen la capacidad dogmática para ocupar el cargo. Sí debo señalar  que se  vulneraron para designarlos  las formas legales (constitucionales) lo cual no suena de buen augurio.

El constante incumplimiento de los fallos de la Corte por parte del gobierno cuando éstos son incómodos y la exigencia de su estricto acatamiento cuando fueron dóciles a la voluntad política, también marca un estilo.

Mordazas de todo tipo, incluso  económicas para quienes piensan diferentes. La AFIP y la UIF como Gestapo y las evasiones monstruosas a buen resguardo. Generosa publicidad oficial para  publicaciones que solo circulan entre aquellos a quienes ya no tienen que convencer porque tienen insuflada la doctrina de la obediencia al que manda. Lo que parecen ignorar los adminsitradores de premios y castigos, es que obedecerán siempre al que manda y tal vez algún día el poder cambie de mano.

La auto denuncia para burlar al Juez natural y lograr que el “denunciante» sea investigado por el juez amigo (de él, no de la Justicia). El invento de investigaciones sin delito pero dirigidas por Jueces que pretenden ser los voceros de la auto denominada “justicia legítima” para investigar a la que convirtieron en ilegítima por su exquisita voluntad.  Una excusa para intervenir teléfonos y penetrar en la intimidad de quienes no obedecen las consignas.

Guillermo Moreno denunciando a consultoras para silenciarlas pero por fin,- un punto del lado de los “buenos”-  la contracara de una justicia que se atreve a decirle que  eso es “abuso de poder”.

La osadía de solicitar una medida cautelar para prohibir a los medios que informen sobre causas judiciales  que tratan de investigar a quien la requiere y su sociedad con la  familia presidencial. Se une al temor que pese al disparate, se pueda autorizar la censura previa. El secreto de toda la información que por definición debería ser pública. La destrucción y vaciamiento de los órganos de control. La excepción de la Auditoría General de la Nación que, por esfuerzo personal de alguno de sus funcionarios, especialmente de su Presidente, sigue intentando controlar  aunque nunca sus informes resulten tratados por la Comisión Bicameral.

La verdad es desestabilizadora, la mentira deberá sostener las Instituciones. Por eso todos contra Alconada Mon debería ser la consigna de nuestro brindis, ya que se atreve a investigar y publicar lo que investiga sin ver el daño que le hace a los funcionarios investigados¡

Pretendí hablar de investigaciones, de normas vigentes, hacer un balance del año judicial,  pero la mejor muestra que la división de poderes  se encuentra hecha jirones es que intentando hablar de uno solo de ellos – el judicial- la política se coló en cada frase. Igual que se cuela en los claustros que debería estar sellados a su injerencia.

Dejé muchos temas que también transcurrieron en este año, especialmente en Comodoro Py. Pero es que de continuar con la lista, iba a sentir que era inútil brindar porque pueda vencerse a  la impunidad, por el regreso de la república y la reconstrucción de sus instituciones.