viernes, 15 de marzo de 2013
Bergoglio, de Flores y San Lorenzo al Vaticano

Buenos Aires.Por  Carmen DE CARLOS para SudAmericaHoy

La ruta del Papa Francisco comenzó en un barrio popular de Buenos Aires. Allí vivió con sus padre, maquinista, su madre, ama de casa y sus cuatro hermanos. En ese barrio comenzó su afición al fútbol y su amor por el Club San Lorenzo de Almagro. La camiseta con sus colores le acompañará siempre. De aquella época –y de ésta- muchas son las anécdotas y recuerdos. La etapa enamoradiza la tuvo a los 12 años con Amalia Damonte, una mujer que ha cumplido los 77.  “Nos conocemos desde los 5 años. Éramos chiquitos. Vivimos en la misma cuadra (manzana). A los 12 años me mandó una carta con la fotografía de una casa y una propuesta: Aquí viviremos si te casas conmigo. Sino, me haré cura. Eso fue lo que me escribió”.

La historia no tuvo un final feliz.  La misiva cayó en manos de su madre, “…la rompió. Mis padres no me permitían ni mirara para arriba.  Cuando volví a verle le dije: Andate, por favor,  desaparecé que me dieron una paliza ejemplar”.

El Jorge Mario Bergoglio que ella conoció vivía unos 20 metros más allá de su actual vivienda de Flores. “Disfrutábamos muchos durante los carnavales. Nos arrojábamos baldes de agua… Entonces no era como ahora. Nos divertíamos mucho en la vereda  Los chicos estábamos todo el día en la calle”.

En Flores, en la zona oeste de la ciudad de Buenos Aires, se crío el primer Pontífice del continente americano. Antes de partir al Roma, donde entró Cardenal y salió Papa, advirtió. “Me llevo pocas cositas. Se llevaba poco equipaje porque pensaba volver rápido. -Tengo que preparar la Semana Santa en la Catedral, confío. Ahora lo hará en el Vaticano”. Lo cuenta la hermana Teresa, directora del jardín de Infancia donde el Pontífice aprendió sus primeras lecciones de matemáticas. La monja recuerda una anécdota repetida por la difunta hermana Rosa, que murió con 101 años. “Un día, ya de mayor, le preguntó a Monseñor Bergoglio: ¿Vos sabés cómo aprendiste a sumar? Subías y bajabas las escaleras”, le dijo. Contaba los peldaños. Y él le dejaba que siempre se lo volviera a contar”.

El episodio lo narra desde el antiguo el Colegio Primario de Mujeres que hoy es mixto y se llama Nuestra señora de la Misericordia. “También impartimos cursos de catequesis y aquí dio su Primera Comunión”. La fecha la tiene grabada: El 8 de octubre de 1944. Un 8 de octubre, pero de otro año, nació en Argentina Juan Domingo Perón y otro murió el Che Guevara acribillado a balas en Bolivia. Las coincidencias son curiosas. Entre otras cosas, porque el Papa, en sus años mozos, fue simpatizante del movimiento peronista. “Volvió casi todos los años el 8 de octubre, en el aniversario de su Comunión a oficiar una misa y rezar”, comenta la hermana Teresa. la próxima visita de Monseñor Bergoglio, como aún se refieren al Papa, “la esperábamos para este domingo 17, para una reunión de la diócesis, hasta que Dios nos regala esta hermosísima noticia de que es el santo Padres” .

Rosa Blanco Posadas es una de las monjas de mayor edad de la Congregación de Nuestra señora de la Misericordia. “Pasé los 90 años” comenta sonriente. Bergolgio la sorprendió un día. “Teníamos una reunión a las siete pero llego a las seis. le pregunté por qué venía tan temprano. Me dijo que no quería encontrarse con una manifestación de homosexuales y lesbianas: Me da mucha pena que no sigan la ley natural… Chicas tan lindas. Eso dijo”. La oposición del Papa al matrimonio entre personas del mismo sexo es sabida en Argentina. “No estaba de acuerdo en que se celebrara el matrimonio pero era favorable a la unión civil. Lo conversamos”, matizaría después Monseñor Cassaretto.

Las monjas recuerdan que Bergoglio, a su regreso del Cónclave en el que fue elegido Benedicto XVI, les dijo. “Nos contó que había entregado sus votos a Ratzinger”. En aquella ocasión ambas confiaban que volvería a Buenos Aires convertido en el Simo Pontífice. “Había impresionado mucho a los Cardenales en un retiro previo que organizó Juan Pablo II. Habló de lapobreza, la injusticia, la austeridad. Se quedaron todos impactados

Flores es hoy una zona donde a la gente le cuesta llegar a fin de mes. En la época en la que el Pontífice llevaba guardapolvo,  buena parte era un descampado. Aquí tenía la familia del Papa su casa. Hoy, en el solar donde correteaba en las calles con sus cuatro hermanos y coqueteaba con Amalia Damonte, hay una casa moderna de ladrillo. Sus dueños ahora se pregunta “qué vamos a hacer con ella”. El negocio ronda sus cabezas.Elsa Scigliano, es una vecina que no cabe de alegría con la designación de Francisco I y celebra su perfil político, “todos tenemos una visión política. Por qué no la iba a tener él. Denunciaba las injusticias, las miserias, la corrupción. Lo decía de frente”. Acto seguido Elsa, recuerda la homilía que pronunció con motivo del 25 de mayo, fecha de celebración de la revolución que dio paso a la independencia de Argentina. “Miró a los ojos a Kirchner y dijo lo que pensaba, que la pobreza es una inmoralidad”. Era el año 2004, el segundo de Néstor Kirchner en el poder. Desde entonces, el tradicional Te Deum que se celebra en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires dejó de contar con la presencia del matrimonio Kirchner.

“Jorge va a llegar a algo muy grande”, pronosticaban las hermanas de la Congregación. “Hoy aquellas cosas que decíamos nos hacen campanillas”, repiten. Osvaldo, también vecino de Flores y amigo hasta hoy del Papa, mide sus palabras. “Ayer podía contar las travesuras de Jorge Bergoglio. Hoy no puedo contar las del Papa… lo único que le pido es que siga siendo como es”.