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Discurso de Gabriel Boric
Fernando Czyz
Buenos Aires, 1 nov (EFE).- Los cuentos casi siempre tienen un final feliz. Y ese fue el que selló esta tarde-noche en su casa, la Bombonera, Carlos Tevez, al coronarse nuevamente campeón del fútbol argentino con su Boca Juniors amado tan sólo cinco meses después de dejar la Juventus de Italia, en Europa.
«Vine para ganarle a River y ser campeón», fue la frase que había elegido Carlos Tevez aquel gélido 13 de julio cuando se presentó ante una Bombonera colmada.
En un fútbol donde la economía y los millones seducen y donde el fútbol europeo atrae a los mejores del mundo, el ‘Apache’ decidió a sus 31 años que era hora de emprender el regreso.
Y así lo hizo luego del subcampeonato de la Copa América con la selección albicelste se tomó unos pocos días y llegó a Boca para repetir una conquista que había logrado en el Apertura 2003.
Luego de haber sufrido con la doble derrota ante River en la Copa Sudamericana y la Copa Libertadores, Tevez regresó a Boca para la recta final del torneo de 30 equipos.
Tras el decisivo triunfo ante River en el Monumental, con esa sonrisa cómplice que lo caracteriza, dijo: «Todo volvió a la normalidad» y fue la frase que eligió el club como emblema para este título y el festejo ante su gente.
«He salido campeón en muchos lados, pero esta sensación es inexplicable, por eso volví», enfatizó ‘Carlitos’ como marca su casaca con el número 10, esa que supo llevar Diego Maradona o Juan Román Riquelme.
Desde aquel lejano debut, con tan sólo 17 años, el 21 de octubre de 2001 en la derrota 0-1 ante Talleres de Córdoba de la mano de Carlos Bianchi, pasaron tres años para que le dijera hasta siempre al club de sus amores.
Tevez se despidió de Boca campeón de la Copa Sudamericana en 2004 para emprender su experiencia brasileña en Corinthians junto con Javier Mascherano. Su palmarés hasta ese momento marcaba 110 partidos, 38 goles y cuatro títulos (torneo Apertura, Copa Libertadores e Intercontinental 2003 y Sudamericana 2004).
Desde su partida logró coronarse en todos los lugares en donde jugó, a excepción del West Ham de Inglaterra donde consiguió rescatarlo del descenso y mantenerlo en la Premier League.
Corinthians, West Ham, Manchester United, Manchester City y Juventus fueron las casacas que vistió Tevez en la década del exilio.
Recordado por su origen humilde, Tevez transitó una infancia dura en el barrio Ejército de los Ándes, popularmente llamado «Fuerte Apache», una de las zonas más peligrosas de la provincia de Buenos Aires.
«De chico tenía miedo a estar preso. Vivía en un barrio donde la delincuencia y la droga eran cotidianas, siempre le tuve mucho respeto a la policía», sostuvo años después al recordar su niñez.
Hombre de palabra, cumplió ante los hinchas de Boca y al ser consultado por lo que significa este club para él respondió: «Soy muy hincha de Boca, toda mi familia lo fue. Cumplí el sueño de jugar y ganar con ellos. Boca es una pasión que no se puede explicar. Vas domingo a domingo y sabés que vas de fiesta al estadio, gane o pierda el equipo sabés que vas a ver a Boca y eso lo hace distinto».
Emblema y bandera de este equipo fue ovacionado en cada presentación por los simpatizantes xeneizes, que reconocieron al ídolo con el cántico: «Que de la mano, de Carlos Tevez, todos la vuelta vamos a dar».
Con lágrimas en los ojos dejó la Bombonera, esa segunda casa en la que todavía tiene ganas de seguir emocionándose.
«Espero que este sea el renacer de Boca y el primero de muchos títulos que pueda festejar con esta camiseta», dijo el ‘Apache’, que el miércoles protagonizará la final de la Copa Argentina ante Rosario Central.
Porque esta novela de Tevez y Boca es un claro ejemplo de ese poema popular que reza: «Siempre se vuelve al primer amor».