martes, 12 de enero de 2016
«Cayastá, un pueblo que te atrapa», eslogan para ruta turística de prófugos

Buenos Aires, 12 ene (EFE).- Con el eslogan «Cayastá, un pueblo que te atrapa», esta pequeña localidad argentina busca crear una ruta turística por los lugares en los que fueron capturados tres condenados por un triple asesinato vinculado al narcotráfico que protagonizaron una fuga y persecución cinematográficas.
La campaña fue lanzada a través de las redes sociales por el secretario de Turismo de Cayastá, Pablo Vera, y se viralizó en cuestión de horas, con más de 250.000 visualizaciones.
«Queremos revertir la imagen negativa del lugar», dijo a Efe Vera, quien se mostró convencido de que la localidad puede aprovechar la gran curiosidad despertada en los últimos días por el operativo de búsqueda y captura de los tres prófugos, que fue seguido in situ por televisiones de todo el país.
«La situación en sí fue trágica, pero no hubo que lamentar muertes, porque sino no nos hubiésemos atrevido a hacer una cosa como esta», subrayó.
El secretario de Turismo prevé ponerse en contacto con los propietarios de los campos arroceros en los que se desarrollaron los últimos momentos de la persecución policial de Víctor Schillaci, Martín y Cristian Lanatta y obtener su autorización para diseñar una ruta turística.
Cayastá, una aldea rural de 4.500 residentes, era conocida hasta la semana pasada sobre todo por las ruinas de Santa Fe la Vieja, visitadas por unas 30.000 personas al año, en su mayoría estudiantes de primaria, según Vera.
La presencia de los prófugos alteró la vida tranquila de este pueblo en pleno verano austral. Uno de los vecinos fue tomado como rehén por los fugitivos, otro prestó a las fuerzas de seguridad varios caballos para que los persiguiesen y muchos de ellos relataron ante las cámaras cómo vivieron la persecución.
Tras varios tiroteos con los agentes que les seguían la pista, Martín Lanatta cayó el pasado sábado en la zona, mientras que su hermano Cristian y Schillaci fueron atrapados dos días después.
Condenados a prisión perpetua por un triple asesinato vinculado al tráfico de efedrina, los tres escaparon el 27 de diciembre de un penal de máxima seguridad bonaerense de forma insólita: salieron por la puerta principal con una pistola de madera mientras eran custodiados por un policía que, por su religión, no podía usar armas.
El Gobierno argentino sospecha que los evadidos contaron con la complicidad del crimen organizado y sostiene que las fuerzas de seguridad han sido parcialmente penetradas por el narcotráfico.
Con los tres de nuevo entre rejas, los investigadores rastrean ahora las llamadas realizadas por los prófugos desde los móviles que tenían en su poder cuando fueron detenidos para sacar a la luz a sus colaboradores.