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Discurso de Gabriel Boric
Caracas. SudAméricahoy/Efe
La 46 Cumbre Presidencial del Mercosur que arranca el martes en Venezuela llega cargada de planes de asociación con otros bloques. Los gobernantes de Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela se verán en Caracas con otros mandatarios de la región para estudiar alianzas. Los ojos están puestos en la Alianza del Pacífico, la Unión Europea y la ALBA.
José Mujica, gobernante de Uruguay y estrecho amigo y aliado de Chávez, tiene previsto llegar a Caracas este lunes y viajar de inmediato al Barinas (oeste), donde nació Chávez, para homenajear a quien gobernó Venezuela entre 1999 y 2013.
Mujica ha reeditado sus críticas al «estancamiento» del Mercosur, lo que se prevé que reitere el martes ante el presidente anfitrión de la cumbre, Nicolás Maduro, y sus colegas de Argentina, Cristina Fernández; Brasil, Dilma Rousseff, y Paraguay, Horacio Cartes.
La celebración de la reunión semestral del bloque registra medio año de retraso con respecto a la fecha programada.
La 46 cumbre estaba prevista para el 17 de diciembre, pero no pudo realizarse por problemas de salud de la presidenta argentina, operada de un hematoma intracraneal, luego por problemas de agenda de otros mandatarios y también por la crisis política con protestas antigubernamentales que vivió Venezuela en el primer semestre.
Maduro dijo en el transcurso de la semana que además de todos los jefes de Estado del Mercosur también viajarán a Caracas sus colegas de Bolivia, Evo Morales; Nicaragua, Daniel Ortega; El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, y Chile, Michelle Bachelet, entre otros.
«Va a ser una reunión muy integradora», indicó Maduro, quien entregará a Fernández la presidencia rotativa del Mercosur, bloque que creará, anunció, una «zona económica» con los países de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA) y Petrocaribe.
La ALBA está integrada por Bolivia, Cuba, Ecuador, San Vicente y las Granadinas, Dominica, Antigua y Barbuda, Santa Lucía, Venezuela y Nicaragua, país que explicará su proyecto de construcción de un canal para unir el Atlántico con el Pacífico.
El acuerdo energético Petrocaribe lo integran, a su vez, Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, El Salvador, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam y Venezuela.
La presidenta de Brasil ha adelantado a su vez que en Caracas propondrá que se anticipe a este año la adopción de un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico, acuerdo comercial que asocia a Chile, Perú, México y Colombia.
Brasil busca que el acuerdo para eliminar aranceles entre ambos bloques entre en vigor hasta el final de este año y no en 2019, fecha que inicialmente se negociaba.
Según informó recientemente el subsecretario para Suramérica de la Cancillería brasileña, Antonio Ferreira Simões, la reducción de aranceles podría beneficiar inicialmente a la industria y al comercio de productos agrícolas de los países involucrados.
La jefa de Estado brasileña también ha reiterado este mes que mantiene una «firme voluntad» de avanzar en las tratativas que se arrastran sin éxito desde 1999 para otro acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea (EU).
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, dijo en Brasilia hace diez días que «la Unión Europea y el Mercosur están de novios hace quince años» y apuntó: «¿No será el momento de oficializar esa relación? Estoy convencido de que sí».
Según el político luso, «estudios independientes demuestran que un acuerdo con la UE representaría para los países del Mercosur un crecimiento del producto interno bruto (PIB) por el orden de los 5.000 millones de dólares y un aumento de sus exportaciones hacia Europa cercano al 40 %».
La cumbre en Venezuela también permitirá a la presidenta de Argentina gestionar un pronunciamiento regional de respaldo en momentos de conflictos de su país con los acreedores de los llamados «fondos buitres» que no entraron en un canje de deuda anterior. Los acreedores impagos le reclaman a Argentina deudas por bonos en mora desde 2001 que ascienden a unos 1.500 millones de dólares, entre capital e intereses.
Cuando un compromiso de pago no se hace efectivo en la fecha de vencimiento, el deudor tiene un plazo de gracia para regularizar el pago antes de ser declarado en cese de pagos técnico, plazo que en el caso de Argentina vence el próximo miércoles, por lo que la presidenta Fernández abandonará Caracas la noche del martes.