jueves, 31 de enero de 2013
¿Dónde está el mejor helado de dulce de leche?

Helados by @nmuoa

Joaquín HIDALGO (Planeta JOY)

Si un sábado por la tarde te invitaran a recorrer en bicicleta las mejores heladerías del norte de la capital, ¿Te engancharías? Con esa idea nos pusimos las pilas junto a @MartinAuz y lanzamos el#DDL5k en twitter: Un recorrido en dos ruedas por los principales mostradores helados de zona norte, a fin de ir hacer la primera etapa –vendrán otras zonas- de una calórica carrera para hallar el mejor dulce de leche de la ciudad.

¿Por qué dulce de leche? Porque es el helado más consumido en Argentina. Mientras que en el resto del mundo el premio se lo lleva el de vainilla –que contabiliza el 30% de los helados vendidos a nivel global- en nuestro país una de cada cinco tacitas lleva dulce de leche, ya que constituye el 20% de todos los helados vendidos en el país.

Pero con decir dulce de leche se dice poco. Porque hay muchas variantes, desde el granizado al súper dulce de leche, y eso sin entrara en las variantes gustativas de cada una de las heladerías. Digamos, en la receta de cada casa. Precisamente para saber cuál es la mejor de las recetas clásicas es que emprendimos la escapada ciclística a la que se prendieron varios colegas y otros tantos degustadores vía twitter.

Partimos de Cuba y Arias, en una linda plaza de Nuñez, porque ahí nomás queda una de las heladerías que es leyenda en zona norte:

Helados Daniel. Oriundos de Victoria, San Fernando, donde abrieron la primera heladería en 1978, esta casa familiar –hoy franquiciada y con 14 locales- construyó su reputación con base a la relación entre calidad y precio. Ecuación que fue refrendada en 1991 cuando sacaron a la venta por primera vez su receta de dulce de leche: una crema suave y de definido sabor a infancia, que tiene entre sus méritos la consistencia semidura. En total, tienen cinco variantes entre las que destaca el dulce de leche con brownie. Como primera parada, fue una buena puerta de ingreso a lo que vendría y una sabia elección en materia de precio: 14 pesos el vasito para dos gustos.
Av. Cabildo 4401, Nuñez / T. 4701-5589

Pedaleamos varias cuadras por el barrio, cruzamos Parque Saavedra y nos lanzamos por Roque Pérez rumbo a una esquina perdida de Coghlan, de la que conocíamos de oídas su buena reputación como casa de helados finos:

Lucca: si no te avisan que existe, no vas. Pero si te avisan, andá, porque bien vale la pena. En una escondida esquina de barrio –a metros de la estación Coghlan del Ferrocarril Mitre- y en un local muy coqueto los muchachos de Lucca ofrece una contundente línea con cinco dulces de leche, del que probamos el clásico. Musculoso, con abundante crema y sabor goloso, a más de uno dejó sin aliento, pero no sin entusiasmo. Descubrimos que el sabor perfecto para contrastarlo también los sirven aquí: un magnifico helado al agua de pomelo rosado. Y ahí el combo resultó aplaudido. Dato: elaboran una línea de helados de leche de cabra cuyo chocolate es contundente, un aporte gustativo de @Fedecuco, que lo conocía muy bien. Precio: 17 pesos el vasito de dos gustos.
Rómulo Naon 2701, Coghlan / T. 4542-9846

Con las pilas puestas por el hallazgo, nos largamos por la bajada de Melián –justo después de cruzar las vías- escuchando el zumbido de las ruedas sobre el empedrado y viendo al sol teñir de un naranja fuego las copas de las tipas. “Todo un lujo”, acotó @CeciliaAcuna cuando nos detuvimos en la próxima parada.

Frapole: en la esquina de Malián y Juramento, esta heladería es bonita y combina su propuesta con un café barrial. Si fuera por su página web, no vas de ninguna manera. Pero si la ves desde la calle entrás seguro. Eso fue lo que nos pasó. Y nos encontramos con dos sopresas: una, el dulce de leche es cremoso y con buen sabor, pero sobre todo, tiene un trazo de bizcochuelo que le da mucha personalidad; la otra, el helado de melón, que es un calco de la fruta bien madura y al agua como una granita. El vasito, 17 pesos. Proción generosa para los cucuruchos.
Melián  2111, esquina Juramento, Belgrano R / T. 4545-1858

Por la bicisenda de Superí seguimos ruta abajo y a pocas cuadras de ahí, sobre la línea divisoria entre Belgrano y Colegiales, echamos pie a tierra en otra esquina clásica del barrio:

Cabaña Tuyú: los memoriosos todavía se acuerdan de la vieja lechería de Cabildo y La Pampa que desde 1928 nutrió de lácteos a la zona y que con el tiempo terminó convirtiéndose en una heladería. Eso al menos explica el raro nombre de Cabaña. La cosa es que a los bicicatadores el dulce de leche de esta casa nos hizo silbar bien alto de admiración. Una crema fundente y untuosa, con el marcado sabor de la más tentadora de las pasiones argentinas. También el limón sumó puntos y aplausos. Pero el silbido se convirtió en abucheo a la hora del pistacho y la frutilla, que eran incluso menos que para el olvido. En materia de precio, eso sí, se marcaba la diferencia: 20 pesos el vaso más chico.
Elcano 3289, esquina Superí, Belgrano / T. 4555-6292

Cuando nos lanzamos por Elcano hacia Cabildo ya era casi de noche. Hicimos fila india por las calles oscuras y empedradas bordeando Colegiales, con las luces destellantes de las bicis como balizas que marcaban el camino a los rezagados. Eso no bastó para que se nos perdieran tres ciclistas, que tuvimos que esperar apeados en la esquina de Cabildo y Virrey Arredondo, donde probaríamos el próximo helado.

Saverio: como muchas heladerías, fue fundada por un inmigrante italiano llamado Francesco Saverio en 1909. El local histórico está en zona sur, sobre Av. San Juan, y en Belgrano tienen esta sucursal chica, aunque típica. El dulce de leche está bien, es sabroso y con buena textura cremosa, aunque no especialmente destacable por algún trazo particular. En ese sentido, no es como para hacer el viaje pero sí para tomarse un heladito si se está por la zona. Precio: 18 peso el cono de dos sabores. Dato: hacen un helado de Malbec con frutos rojos que habrá que probar la próxima.
Cabildo 1501, esquina Virrey Arredondo / T. 0800-222-1909

Aquí se bajaron algunos de los viajantes. Hacía casi tres horas que veníamos dándole al pedal y al dulce de leche y un puñado tuvo que partir para cenar. Algo que quienes nos quedamos envidiamos, empalagados como estábamos y con dos heladerías todavía por delante. No faltaba mucho para terminar, igual. Así que montamos las bicis y fuimos por Ciudad de la Paz hasta Newbery, a una heladería que entró por twitter y durante el trayecto al recorrido: algunos seguidores que babeaban leyendo el #DDL5K insistieron en que fuéramos a probar el dulce de leche de Lado BuenO. Y les hicimos caso.

Lado BuenO: como toda heladería que se precie, está en una esquina y es la primera de tres sucursales dentro de CABA. Muy blanca y vidriada, el cartel de azul deja bien claro en la noche cuál es la vereda buena de las cosas. Entramos y pedimos dulce de leche. “¿De cuál?” nos dijo un empleado algo aburrido. Claro, hacen seis variantes. Pedimos del común y del renombrado suspiro de dulce de leche. Y nos encontramos con dos sabores diferenciados por la intensidad y la textura: el primero clásico, pero por sobre todo, bien untuoso y fundente, con un profundo y bien logrado  sabor; y el segundo, que suma queso crema y chocolinas, por lo que tiene ciertas chispas crocantes y recuerda, lejanamente, a la chocotorta. Precio: 17 pesos el vasito.
Ciudad de la Paz y Jorge Newbery, Belgrano / T. 4585 5050

Con el suspiro de dulce de leche haciéndonos boquear  subimos a las bicis otra vez. Eran las 21 horas. Ya iba siendo tiempo de acabar con este recorrido no apto para diabéticos. Y el final no se hizo esperar. Tan solo a ocho cuadras nos separaban del parate final:

Jauja: nacida en el Bolsón, esta heladería no cuenta la parábola del inmigrante que se hizo de abajo sino la del creativo que logra reinventar el helado. Y así fue. Durante la década de 1980 y al pie del cerro Piltriquitrón, el matrimonio Adler-Mazzini empezó a combinar los sabores de la Comarca Andina con las lácteos de la zona y a darle cuerpo a lo que hoy es una heladería “que merece entrar a los libros de historia”, según @caro_dv, que acotaba vía twitter. Probamos el dulce de leche y nos enamoramos: una crema blanda, sabrosa y con trazos lácteos sobre un definido gusto de dulce de leche. Otros twitteros que supieron de la parada, nos recomendaron probar el lemonjibre: una maravilla de frescura que combina limón y jengibre y que es el contrapeso natural a tanto dulzor. Ideal para tener en cuenta a la hora de las combinaciones. Precio: 20 pesos el vasito.
Lacroze 2239, Belgrano / T. 4771-5978

Y así llegó la hora de la votación. Éramos diez los que llegamos hasta el final. Para amenizar descorchamos unos Navarro Correas Extra Brut (champán argentino) y, con las frescura de las burbujas haciéndonos cosquillas en el paladar, hicimos el escrutinio final. Por unanimidad, el mejor dulce de leche de la zona está en Jauja; en segundo lugar, empatados, Lucca y Tuyú. Así es que ya sabés. A la hora de pedir el gusto favorito, acordate de este recorrido. Y anotate, de paso, para el próximo: heladerías de zona sur. Atento al hash #DDL5K, que por ahí lanzaremos la próxima convocatoria.

Para seguirme, @hidalgovinos. Agradezco a @annereynolds28, @nmuoa y @muriestrada por las fotos