EL VIDEO
Discurso de Gabriel Boric
Fernando Arroyo León
Quito, 13 oct (EFE).- Ecuador vivió hoy una jornada de ensueño al conseguir la segunda victoria consecutiva en las eliminatorias sudamericanas con el 2-0 ante Bolivia, en Quito, un sufrido triunfo que se pasó por agua y con algo de drama.
La afición ecuatoriana, ya eufórica por el 0-2 del pasado jueves ante Argentina en Buenos Aires, presagiaba antes del partido de hoy un triunfo que tardó en llegar y que puso a sufrir a los que pecaron de optimistas.
«Vamos ecuatorianos, que esta tarde tenemos que ganar», fue el estribillo que corearon los cerca de 40.000 hinchas presentes en el estadio Atahualpa para ver la victoria sobre Bolivia, que llegó en los últimos minutos del partido.
Tras el primero de Miller Bolaños, incluso los aficionados empezaron a cantar el «olé, olé» por el toque de los dirigidos por Gustavo Quinteros, que se dieron modos para calentar las gélidas gradas del estadio capitalino, que soportó un fuerte aguacero durante casi todo el tiempo de juego.
La ‘Tri’ es líder provisional de las eliminatorias al Mundial de Rusia 2018, algo inesperado para muchos de los aficionados, que no esperaban un arranque tan poderoso de la selección.
Con el tiro penalti convertido por Felipe ‘Felipao’ Caicedo la alegría se desbordó porque, además, fue la última jugada del partido que le dio una puntuación perfecta en las dos primeras jornadas de las largas eliminatorias sudamericanas.
En la próxima fecha, el 12 de noviembre, Ecuador jugará en Quito con Uruguay, a la espera de cosechar su tercera victoria, pero hasta tanto la afición festeja el sensacional arranque de la tricolor.
«El agua perjudicó, el marcador pudo ser más abultado», comentó uno de los aficionados entrevistado por emisoras a la salida del estadio Atahualpa, que se vistió de amarillo, por las camisetas de la selección que lucían la mayoría de los hinchas.
Un caso particular vivieron Fernando y July. Él, ecuatoriano, presagió una victoria de la ‘Tri’; ella, boliviana, aspiraba a un empate, aunque ambos coincidieron: «aquí ganamos los dos, no hay problema».
En las calles aledañas al estadio quiteño, los claxon de los vehículos sonaron al son de los saltos que los de a pie daban por la calle vitoreando a la selección ecuatoriana.
En la zona de La Mariscal, la zona rosa de Quito, los aficionados acudieron para festejar la victoria, escena que se repitió en otros sectores de la ciudad.
También en Guayaquil, la ciudad más poblada del país, se vivió una algarabía tras el triunfo ante Bolivia.