miércoles, 22 de julio de 2015
El dólar informal se recalienta en Argentina en la previa de comicios clave

Natalia Kidd
Buenos Aires, 22 jul (EFE).- El precio del dólar informal en Argentina ha vuelto a dispararse presionado por un «mix» de factores estacionales y macroeconómicos a los que se suma la incertidumbre sobre el rumbo que tomará la economía con el cambio de gobierno que se producirá en diciembre próximo.
El denominado «dólar blue» tocó este martes un nuevo máximo en lo que va del año, 15,10 pesos por unidad, un 65 % por encima de la cotización de la moneda estadounidense en la plaza formal, a la que los argentinos tienen restringido el acceso desde finales de 2011.
Este miércoles, el dólar en el mercado informal, una plaza considerada ilegal por el Gobierno argentino, retrocedió hoy veinte centavos por falta de operaciones, según reportó la prensa local, pero aún así se mantiene en uno de los valores más altos del año.
Desde la imposición del «cepo cambiario», julio ha sido un mes en el que tradicionalmente el precio del dólar blue tiende a crecer ante la demanda de divisas de turistas argentinos que viajan al exterior por las vacaciones en el invierno austral, alimentada por el cobro de la paga extra de mitad de año a los asalariados.
A ello se suman factores macroeconómicos que presionan al alza el valor del dólar, como los desequilibrios fiscales de Argentina, crecimiento de la oferta monetaria de pesos y menores ingresos de divisas por exportaciones.
En los valores que se manejan en el mercado informal también inciden las cotizaciones en bancos y casas de cambio, donde el peso tiende a depreciarse a ritmo moderado pero constante, y del denominado «dólar contado con liquidación», un mecanismo legal para hacerse de dólares en el exterior mediante la venta de acciones y bonos al que normalmente recurren grandes operadores, como bancos y exportadores.
Según resaltó el Banco Ciudad en un informe esta semana, las diversas cotizaciones del dólar siguen en alza impulsadas no sólo por «los crecientes desequilibrios macroeconómicos» sino además «por la mayor incertidumbre respecto al rumbo que adoptará la política económica a partir del cambio de gobierno».
Hasta ahora, los candidatos a la Presidencia, que participarán en las primarias del 9 de agosto, no han querido dar demasiadas definiciones durante la campaña sobre qué harán con el cepo cambiario, que se ha convertido para ellos en un asunto espinoso.
Según advirtió la consultora Economía & Regiones en un reciente informe, el Banco Central «está aplicando una política monetaria deliberadamente expansiva que procura bajar la tasa de interés para incentivar el consumo y la demanda agregada en tiempos electorales», una «estrategia riesgosa» que «alimenta el desequilibrio en el mercado de dinero».
De acuerdo al informe, «la continuidad de la actual estrategia del Central podría complicar la estabilidad financiera durante algunos momentos del segundo semestre», período que estará marcado por las elecciones presidenciales de octubre, unos comicios en los que el bolsillo siempre pesa en la decisión de los votantes.
Para Ramiro Castiñeira, de la consultora Econométrica, Argentina está padeciendo un atraso cambiario que le obliga todo el tiempo a demandar dólares para financiar su déficit externo y alejar así las expectativas de devaluación.
Hasta ahora el atraso cambiario se sostuvo con reservas del Banco Central, el cepo que restringió el acceso de los ahorristas a dólares y fuentes de financiación externa, como el acuerdo con China por el que este año se sumaron 11.000 millones de dólares a las reservas.
Según los cálculos de Econométrica, para el próximo año, mantener el atraso cambiario en estos niveles demandará nuevamente otros 12.500 millones de dólares para financiar las compras de dólares en la plaza formal y el déficit en la balanza turística, además del pago de la deuda pública, que será de 4.000 o 9.000 millones de dólares, dependiendo si se alcanza o no un acuerdo con los acreedores en juicio.
«Aún en el escenario de acuerdo, se desprende que el próximo Gobierno necesitará más de 20.000 millones de dólares (4% del PBI), para financiar el atraso cambiario en estos niveles», advirtió Castiñeira.