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Discurso de Gabriel Boric
Roma. Efe
El Papa Francisco asegura en una entrevista de 27 paginas con la revista de los jesuitas que jamás ha sido de derechas y que tuvo un momento de crisis interior en el pasado.
«No habré sido ciertamente como la beata Imelda, pero jamás he sido de derechas. Fue mi forma automática de tomar decisiones la que me creó problemas», afirma el Pontífice, entrevistado por el jesuita Antonio Spadaro en la revista «La Civiltá Cattolica».
Se refiere también a su entrada en la Compañía de Jesús: «Me impresionaron tres cosas, su carácter misionero, la comunidad y la disciplina. Y esto es curioso porque yo soy un indisciplinado nato, nato, nato».
Pero para él la comunidad fue esencial. «No me veía sacerdote solo: tengo necesidad de comunidad y lo deja claro el hecho de haberme quedado en Santa Marta», su residencia en el Vaticano.
Y rememora la época en la que fue superior de los jesuitas: «Tenía 36 años: una locura. Había que afrontar situaciones difíciles, y yo tomaba mis decisiones de manera brusca y personalista».
Fue la forma autoritaria y rápida de tomar decisiones la que le ha «llevado a tener problemas serios y a ser acusado de ultraconservador», señala.
A su juicio, la Compañía de Jesús «es una institución en tensión, siempre radicalmente en tensión. El jesuita es un descentrado, la Compañía en sí misma está descentrada: su centro es Cristo y su Iglesia».
Advierte de que, si la Compañía se mira a sí misma demasiado, «corre peligro de sentirse segura y suficiente».
Por otra parte, el Papa admite que tuvo «un momento de gran crisis interior» cuando estaba en Córdoba (Argentina).
También recuerda su época como arzobispo de Buenos Aires, en la que consultaba todo. «Esto me ha ayudado mucho a tomar mis decisiones», asegura.
«Yo creo que consultar es muy importante. Los consistorios, los sínodos… Deseo consultas reales, no formales», agrega.
Respecto al grupo creado en el Vaticano para el cambio de la curia, indica: «La consulta a los ocho cardenales, ese grupo consultivo externo, no es decisión solamente mía, sino que es fruto de los cardenales».