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Discurso de Gabriel Boric
Por Carmen DE CARLOS
Barack Obama puede retirarse tranquilo. El presidente de Estados Unidos pasará a la historia por el “caso Cuba”. Con Raúl Castro enfrente dijo lo que tenía que decir y lo hizo como lo tenía qué hacer. El desafío del hermano de Fidel a la periodista estadunidense, por reclamarle por los presos políticos, tuvo respuesta implícita en el hombre que, todavía, es el más poderoso del mundo: “No tenga miedo a las voces diferentes del pueblo cubano”, le recomendó. En simultáneo, preparó el terreno para que sus empresarios pueden invertir en la isla sin necesidad de intermediarios .
Obama saltó de Cuba a Argentina y aquí, a diferencia de en La Habana, no se encontró con gente con banderitas en la calle. En Buenos Aires el clima era otro. Los nostálgicos de los 70 no lo querían en casa y hasta convocaban a manifestaciones. Los otros sentían que el país no solo volvía a la normalidad sino que empezaba a ser importante.
Los jóvenes que se citaron en la Usina del Arte, centro cultural emblemático de pensamiento abierto y no militante, disfrutaron del «showman», porque Obama, también es y disfruta por ser un espectáculo. En mangas de camisa, pedía que le pasaran el micrófono a uno y a otro, hablaba de Israel y de Palestina y de lo que le preguntarán. Sin filtro, sin miedo.
Barack Obama no eligió venir al sur porque sí. Lo hizo porque es el momento y Argentina, el lugar. En Brasil no se le ha perdido nada y Dilma Rouuseef y Lula corren el riesgo de perderlo todo. Juan Manuel Santos tiene la mesa negociadora de las FARC en… La Habana y no termina de cerrar los flecos de la paz con la guerrilla más antigua de América Latina. De Venezuela mejor no hablar y pensar en Ecuador y Bolivia le sonaría a una broma inoportuna.
Más al sur Obama tenía a Chile con Michelle Bachelet, a Tabaré Vázquez en Uruguay, a Horacio Cartés en Paraguay y a Mauricio Macri al que le dijo “Estoy impresionado de lo que ha hecho en 100 días. Argentina está retomando su papel de lider en la región y el mundo”. Poco más que añadir sobre lo que le rondaba en la cabeza.
En sus épocas de estudiantes Obama leyó a Borges y a Cortazar, tenía curiosidad por el maté y la espina clavada de la historia de su país en las dictaduras del Cono Sur en los años 70. “Estados Unidos siempre hace autocrítica” dijo y, salvo error de traducción propia, “aprende de sus errores” incluido el que tuvo con Argentina.(Aún recuerdo al diplomático Gustavo Figueroa contando cómo Vernon Walters entraba al despacho de Galtieri sin tocar la puerta)
No son poca cosa esas declaraciones del representante del “imperio”, un hombre negro que hizo realidad el sueño americano: ser presidente, el mismo que tenía Mauricio Macri en Argentina y en el que pocos creían.
Fotografias de Presidencia argentina
Barack Obama en la Casa Rosada junto a Mauricio Macri
Barack Obama en la Casa Rosada junto a Mauricio Macri
Barack Obama en la Casa Rosada junto a Mauricio Macri
Barack Obama en la Casa Rosada junto a Mauricio Macri
Barack Obama en la Casa Rosada junto a Mauricio Macri
Barack Obama en la Casa Rosada junto a Mauricio Macri