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Discurso de Gabriel Boric
Buenos Aires, 14 oct (EFE).- A once días de las presidenciales y en plena veda de anuncios de gestión, Cristina Fernández arropó al candidato oficialista, Daniel Scioli, en un acto de marcado carácter electoral en el que advirtió que la Presidencia argentina no es para «cualquiera» y apostó por la continuidad del modelo kirchnerista.
«No puede interrumpirse este proyecto de cambio», dijo Fernández, que apareció sonriente junto a Scioli y no dudó en exhibir varios productos de L’Oreal durante la inauguración de una línea de producción de la multinacional, en el cinturón metropolitano de Buenos Aires.
«A los que les dicen que un país se construye solamente con sonrisitas y palmaditas en la espalda, se equivocan. Se necesita firmeza, convicción, no es para cualquiera ser presidente de la República Argentina. Hay que tener fuerza, coraje, instituciones que lo respalden y movimiento político convencido», afirmó.
Por videoconferencia, inauguró también la ampliación de la producción en una planta de la dentífrica Corega y de una compañía de pinturas argentina, Sinteplast; además de anunciar que la compañía QM Equipment fabricará equipos petroleros en la ciudad costera de Mar del Plata.
Aunque la ley prohíbe los actos de publicidad de gobierno por la proximidad de los comicios presidenciales del próximo 25 de octubre, la mandataria sostuvo que puede hablar porque no es candidata.
También justificó el frecuente uso de la cadena nacional de las últimas semanas para que los avances «se sepan», pese a las críticas lanzadas desde la oposición por considerar que se hace un uso electoral de la transmisión oficial, obligatoria para los medios en abierto.
Durante el acto, Scioli pidió un «voto útil» a favor del «trabajo nacional» y de «un Estado presente, para que simbólicamente tengamos, ya que inauguramos hoy una ampliación de Corega, más sonrisas en el país», dijo.
La presidenta aprovechó además para pedir el esclarecimiento del crimen de la transexual Diana Sacayán, hallada muerta este martes con heridas de arma blanca y atada a su cama en su domicilio de Buenos Aires, y reivindicó la «lucha contra el femicidio» y contra la discriminación contra la mujer».
«Ojo que no me pongo en la ultrafeminista, miren cómo estoy peinada, estoy en una fábrica de pinturas y de productos cosméticos, me pinto desde los 15 años como una puerta, no creo que la condición de mujer me tenga que avergonzar. Al contrario, me encanta resaltar que soy mujer y también respeto a las que no le gusta resaltar», dijo.
«Tenemos que defender a todas las mujeres, a las que quieren ser lindas y a las que no les gusta arreglarse, por el solo hecho de ser mujer, defender a las mujeres», concluyó.
La provincia de Buenos Aires, principal distrito electoral del país y bastión del voto peronista, es clave en la elección presidencial del próximo día 25.
Las encuestas dan a Scioli ventaja sobre el conservador Mauricio Macri pero no aseguran su triunfo en una primera vuelta.