miércoles, 18 de noviembre de 2015
Fiscales de mesa, garantía de «transparencia» en presidenciales argentinas

Cristina Terceiro
Buenos Aires, 18 nov (EFE).- A cuatro días de la inédita segunda vuelta en las presidenciales argentinas, las dos fuerzas políticas que concurren al «balotaje» se apremian en capacitar a los fiscales de mesa encargados de velar por unos comicios «transparentes» y sin incidentes.
Militantes del gobernante Frente para la Victoria y de la alianza opositora Cambiemos se encargan de hacer la convocatoria, «boca a boca», con carteles y online, para captar y formar a los simpatizantes interesados en custodiar, voto a voto, el histórico sufragio del próximo día 22.
Carlos Della Mónica, coordinador de fiscales de Cambiemos en el barrio porteño de Palermo asegura que, a pesar de las seis citas con las urnas que han vivido los argentinos este año, «no surgen mayores inconvenientes» para encontrar fiscales que cuiden las cerca de 95.000 mesas mixtas que se distribuirán el domingo en 13.880 centros de votación.
«El 80% de los fiscales son vecinos del barrio y su único interés es que las elecciones sean transparentes», apunta Della Mónica a Efe sobre los ciudadanos que se inscriben de manera «altruista» para custodiar los votos de los 32 millones de argentinos convocados a elegir al nuevo presidente del país.
«Es la primera vez que se da en la historia de la Argentina un balotaje y me siento como que voy a ser partícipe de algo que va a hacer historia», explica María José Moneta, una de las fiscales de Cambiemos que se ha capacitado para la segunda vuelta.
Luis Gustavo Ibarra no es militante pero considera que después de las últimas experiencias de presunto fraude -como las irregularidades detectadas en agosto en las elecciones de la provincia argentina de Tucumán (norte)-, «había que involucrarse un poquito más» en la elección.
También el oficialismo prepara a sus fiscales, solo el Instituto de Estudios y Formación Política del Partido Justicialista, Gestar, próximo al Frente para la Victoria, ha capacitado más de 4.000 en todo el país durante este año, explica a Efe el profesor Pablo Salinas, a cargo de Formación Política en la entidad.
Lo hace a través de sesiones presenciales y online con «una dinámica de formador de formadores», es decir, sus alumnos salen capacitados para impartir y «replicar» a otros los contenidos necesarios para fiscalizar una elección.
Durante este aprendizaje, de entre dos y tres horas, se enseña la dinámica de la jornada electoral y se muestra cómo «cuidar el voto» para garantizar que la fiesta de la democracia transcurra con «transparencia» y siguiendo el Código Nacional Electoral y la Ley de partidos políticos.
Además, «alertamos sobre un montón de prácticas que sabemos que se dan para que, efectivamente, estén atentos y no ocurran», apunta Salinas.
También María Amelia Alonso, que forma fiscales de Cambiemos en su barrio porteño, instruye a los simpatizantes sobre «todo lo que puede suceder, incluso las trampitas que puede haber, para que estén tranquilos», pero siempre siendo «muy respetuosos con la ley».
Entre las «triquiñuelas» más frecuentes a las que ambos formadores hacen referencia figura el robo de boletas y padrones, el intento de votar sin aparecer en el padrón o la implementación de sufragios en las urnas antes de la apertura de los colegios.
Pero la labor de los fiscales no termina con el cierre de las mesas. A partir de las seis de la tarde deben «cuidar cada voto» de su partido y apelar a la Justicia Electoral por cada sufragio cuya nulidad se presente como dudosa.
A la hora de hacer el escrutinio, los capacitadores afirman que se han encontrado «de todo», desde boletas rotas en mil pedazos, dibujos o mensajes obscenos, o papeletas acompañadas de objetos curiosos como rodajas de salami, entre otras.
No obstante, auguran una elección «tranquila», pues con sólo dos candidatos, las previsiones apuntan a «un recuento bastante rápido», que permitirá saber, de una vez por todas, quien será el nuevo presidente de los argentinos a partir del próximo 10 de diciembre.