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Río de Janeiro, 3 sep (EFE).- La Bienal Internacional del Libro de Río de Janeiro arrancó hoy su 17 edición uniendo lazos con Argentina, el país homenajeado este año en la mayor feria literaria de Brasil.
En el acto de inauguración de la Bienal, la directora general de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores argentino, Magdalena Faillace, afirmó que el intercambio cultural que supone esta feria es una oportunidad de «construir puentes» entre Brasil y Argentina.
«La integración cultural es el sustrato fundamental para que se fortalezcan los lazos comerciales y políticos entre nuestros países», dijo Faillace.
Argentina acude a la Bienal con 14 autores, entre ellos Eduardo Sacheri, Martín Kohan, Tamara Kamenszain o Claudia Piñeiro, así como una amplia programación cultural.
El estand argentino tiene 400 metros cuadrados y está decorado con motivos que remiten a los glaciares de la Patagonia, a las islas Malvinas y tiene forma de laberinto, inspirada en las letras de Jorge Luis Borges y Julio Cortázar.
La inauguración de la Bienal también fue escenario de las quejas de los editores brasileños por los recortes educativos ocurridos con motivo de la crisis económica.
El presidente del Sindicato Nacional de los Editores de Libros, Marcos Pereira, dijo que se han cancelado diez programas de compra de libros de literatura por parte de bibliotecas públicas y se han registrado atrasos en otros programas y proyectos públicos relacionados con el incentivo a la lectura.
«Esto afecta a la industria, a los editores, traductores y trae un gran perjuicio a los niños y es un gran retroceso a la educación», manifestó Pereira.
El secretario ejecutivo del Plan Nacional del Libro y de la Lectura, José Castilho Marques Neto, resaltó que en Brasil el índice de lectura es «vergonzoso» y aseguró que apenas el 25 % de la población albafetizada es «lectora plena».
La Bienal del Libro, que se extiende hasta el próximo día 11, cuenta con la participación de 950 expositores y 200 autores, 27 de ellos extranjeros.
Los organizadores esperan que acudan 600.000 personas, entre ellos 170.000 niños que asisten en viajes organizados por sus escuelas.