miércoles, 29 de enero de 2014
La caída del peso aumenta la amenaza inflacionaria en Argentina

Cristina Kirchner

Buenos Aires. Alida JULIANI SÁNCHEZ/Efe/SAH
Alentados por la fuerte devaluación del peso, los precios amenazan con dispararse de nuevo en Argentina y con ellos la inflación, el eterno fantasma con el que la economía del país sudamericano convive desde hace casi una década, con la llegada de la presidenta Cristina Fernández al Gobierno.
En estas circunstancias, el Gobierno argentino ha intensificado en las últimas horas los contactos con todos los eslabones de la cadena de valor para intentar frenar la escalada de los precios que ya se comienza a notar en algunos sectores.
La pérdida de valor de la moneda nacional, superior al 34 por ciento este mes, pone en riesgo el programa «Precios cuidados», sellado entre el Ejecutivo, proveedores y supermercados para mantener estable el valor de los principales productos de la canasta básica argentina durante tres meses.
Por esa razón, el Gobierno ha amenazado con imponer sanciones y cerrar los establecimientos que aumenten el valor de los artículos que integran la lista pactada, después de que el fin de semana algunos comerciantes denunciaran subidas de entre el 5 y el 10 por ciento a los productos ofertados en los catálogos de proveedores.
Según datos oficiales, Argentina cerró 2013 con un índice inflacionario del 10,9 por ciento, pero las consultoras privadas elevaron hasta el 28,3 por ciento el aumento de precios durante el último año, una cifra que lo convierte en el cuarto país del mundo con mayor inflación, por detrás de Siria, Irán y Venezuela.
En un informe publicado este lunes, la agencia calificadora de riesgos Moody’s estimaba que la tasa de inflación llegará en 2014 al 30 por ciento, con base en la brusca devaluación del peso frente al dólar este mes, superior al 34 por ciento.
La agencia prevé además que la devaluación del peso continúe hasta los «12 pesos por dólar a final de año», una caída del 50 por ciento respecto del valor oficial de la divisa.
La brusca pérdida de valor de la moneda nacional se comenzó a sentir ya a finales de la semana pasada en el mercado de los electrodomésticos, que en Argentina o son importados directamente o al menos tienen componentes importados aunque sean de fabricación argentina, por lo que son un sector especialmente sensible.
El impacto de la depreciación del peso, ha llegado también al sector de la construcción y al inmobiliario, principalmente a los alquileres en dólares, que según estimaciones, podrían experimentar subidas inmediatas de hasta un 30 por ciento,
En el área de la construcción la fuerte especulación de precios llevó hoy al gobierno a acusar a los proveedores de materiales de aumentos indiscriminados en insumos que no precisan ser importados.
Expertos y analistas apuntan a que lo ideal hubiera sido diseñar un programa antiinflacionario y después corregir el tipo de cambio, una opinión que comparten los principales dirigentes de la oposición, que han recordado al Ejecutivo de Cristina Fernández que el de los precios es el auténtico problema que arrastra el país.
Según los economistas, para frenar la inflación sería necesario que el Banco central dejara de emitir pesos al ritmo que lo viene haciendo para financiar el déficit público, lo cual solo sería posible si el sector público empieza a contener el gasto.
Los cálculos realizados indican que casi un 20 por ciento de la devaluación repercute sobre los precios a corto plazo, especialmente en los artículos que requieren la importación de materiales necesarios para su producción, como la leche en tetra-brik.
El sector de los hidrocarburos también pude verse afectado por el brusco aumento del precio del dólar, ya que la producción argentina no es suficiente para cubrir la demanda del país, lo que le obliga a entrar en los mercados internacionales.
Sin embargo, de momento, la petrolera estatal YPF no se ha planteado un incremento de los precios.