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Yesica Brumec
Buenos Aires, 16 abr (EFE).- Con frutos de estación, platos de la región andina y degustaciones de vino y cerveza, la feria gastronómica «Masticar» vuelve a congregar a decenas de los más afamados chefs y amantes de la comida en Buenos Aires para compartir lo mejor de los sabores del otoño argentino.
Bajo el lema «Comer rico, hace bien», la cuarta edición de «Masticar» ofrecerá, hasta el próximo 19 de abril, clases de cocina, degustaciones y productos regionales a precios bajos a todo el público que se acerque al predio «El dorrego».
El mercado, de más de 70 puestos, se viste con los frutos de la temporada e inunda los pasillos con aromas y colores de peras, manzanas, granadas, frutos rojos, naranjas y pistachos recién cosechados de la huerta, que está «a la vuelta».
«Somos cocineros muy diversos, cada uno con su toque, con su estilo, donde priorizamos y usamos mucho nuestra tierra y nuestros productos», dijo a Efe Juliana López May, chef y miembro de la Asociación de Cocineros y Empresarios Ligados a la Gastronomía (Acelga), que organiza el evento junto con el Gobierno porteño.
La feria no da tregua a los sentidos de los asistentes, que caminan de un lado a otro mientras recolectan porciones de comida que van desde platos a base de queso de cabra y postres ahumados a «lo que sea» de dulce de leche y cartas de vinos, a veces fusionados con zumos frutales.
Uno de ellos es Cruz Pereyra, un porteño que ha aprovechado el horario de almuerzo del trabajo para acercarse al lugar, aunque, después de dos horas sigue «dando vueltas» y, como se le hace tarde, busca «algo para la merienda».
«Me parece que está muy buena la idea y hay muy buenos locales que muestran las cosas que hay acá en Argentina y me parece interesante venir», dijo el joven, que, como el resto de los asistentes, pagó 60 pesos (unos siete dólares) para acceder al recinto.
Con la presencia de cocineros locales de renombre, como Osvaldo Gross, Dolli Irigoyen, Fernando Trocca, Donato de Santis, Germán Martitegui y Narda Lepes, cuyos puestos de comida suelen tener la mayor convocatoria, la feria también hace hincapié este año en las clases de cocina de 30 minutos.
Según contó López May, el evento convocó más de 100.000 personas en su edición pasada y prevé superar ese número para este nuevo año, aunque lo importante, para ella, no es solo la cantidad, sino que los asistentes «se lleven a la feria con ellos».
«Lo que más me gustaría a mí, como a todos los argentinos cocineros que estamos acá, es que todos vuelvan un poquito a eso; a tener cuidado con lo que cocinan, a cocinar más seguido y a que tengan calidad de producto siempre en sus casas», dijo la chef miembro de Acelga.
En otro rincón de la feria, la invitación a un «túnel» convoca a una fila de personas que se regenera en cuestión de segundos, bajo la promesa de conocer todos los secretos de la cerveza, la bebida más consumida por los argentinos, según afirman en el evento.
«Masticar nos da la posibilidad de acercarnos al público y mostrarles la variedad y la versatilidad de nuestras marcas», contó Carlos Juárez Da Pra, jefe de Análisis Sensorial de la marca de cerveza «Quilmes», sorprendido por el gran interés del público.
Sin embargo, hay más que sabores tradicionales en «Masticar»: los rincones de comida molecular también pisan fuerte entre los degustadores, que pasan de un plato de ciervo a una copa de helado de dulce de leche hecha a partir de nitrógeno líquido.
«Nosotros esperamos eso; poder llegar a mayor cantidad de gente que pueda probar nuestro producto y que nos vaya tomando confianza, porque acá, en Argentina, el nitrógeno helado es medio raro», se esperanza Diego Guillén, dueño del puesto «Guilab, laboratorio de helados».