Buenos Aires. Carmen DE CARLOS, especial para SudAmericaHoy (SAH)

El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ha suprimido, en las nuevas ediciones del libro, la firma de Ernesto Sábato al prólogo del informe de la Conadep (Comisión Nacional para la Desaparición de Personas). El escritor argentino no puede defenderse porque está muerto. En su nombre lo hace la prensa, compañeros de la Comisión  y su hijo. No es la primera vez que el documento más importante sobre los horrores cometidos por la última dictadura militar argentina (1976-83) sufre alteraciones apartadas del rigor de la historia. La más reciente fue modificar el número de desaparecidos en función de la sensibilidad y la costumbre social. La cifra de treinta mil se daba por buena en diferentes foros pero el número publicado en la Conadep es otro porque refleja los casos comprobados y no la leyenda. La dimensión de la tragedia argentina no varia por sumar más muertos. El ex secretario de Derechos Humanos, el difunto Eduardo Luis Duhalde, tomó la decisión en vida de reescribir la historia por cuenta propia e incorporó un prólogo al prólogo de Sábato. Hoy se da un paso más en el atropello al autor de «Sobre héroes y tumbas». Se le quita la firma .Produce, más que vergüenza ajena, profunda tristeza comprobrar que el vale todo del Gobierno argentino no respeta la bandera de los derechos humanos de la que tanto presume.