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París, 1 oct (EFE).- La filial en Buenos Aires del banco francés BNP Paribas, investigada por la justicia argentina por el presunto desvío ilícito de unos 1.000 millones de dólares, pudo haber facilitado la fuga de capitales de «miles» de ciudadanos argentinos y no solo de los 22 identificados por el momento.
El fiscal general a cargo de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), Carlos Gonella, señaló hoy en conferencia de prensa en la Embajada de Argentina en París que estima que los defraudadores «pueden ser miles y la cantidad fugada puede ser mayor que 1.000 millones» de dólares.
«Son los que tenemos identificados nosotros (…) en base a la información que obtuvimos por la fuerza legal», pero son «muchos más», agregó Gonella, quien indicó que tiene «muchos indicios para pensar que el dinero viene de orígenes delictivos» como la corrupción, el narcotráfico o la trata de blancas.
El motivo de su visita a París responde, precisamente, a su voluntad de recabar información sobre otros posibles clientes.
Para ello, Gonella se reunió con el responsable de Tracfin -equivalente de la Unidad de Información Financiera argentina-, Bruno Dalles, la fiscal financiera, Elliane Houlette, y el gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, entre otros.
No contactó, sin embargo, con los responsables de BNP Paribas, con sede en París y participado por el Estado francés, que acaba de nombrar al ex director general de esa entidad de crédito, François Villeroy de Galhau, como nuevo gobernador del Banco de Francia.
Las autoridades galas disponen de un listado de todas las personas que tienen una cuenta en el sistema bancario francés y «esa información está a disposición de Argentina» gracias a la visita del fiscal a París, quien ha pedido al juez Osvaldo Rappa que procese a los imputados y les abra juicio oral, probablemente antes del final del año.
Las pesquisas del juzgado de instrucción número 35 arrancaron en 2009, a partir de las sospechas de que un funcionario argentino pudo evadir capitales derivados de la corrupción.
La fiscalía llegó así a una oficina del BNP Paribas en Buenos Aires, donde operaba «fuera del control del sistema argentino» una división en la que «más de 20 personas se dedicaban a identificar clientes argentinos».
La oficina trabajaba para «canalizar riqueza argentina y fugarla», al tiempo que garantizaba el anonimato a los supuestos defraudadores haciendo circular ese dinero a través «de empresas fantasmas o cáscara» y les ofrecía «la gestión de esa riqueza una vez que salía».
El dinero iba a parar a sucursales del BNP Paribas en países financieramente opacos como Suiza, Luxemburgo, Panamá o Bahamas, entre otros. La fiscalía sospecha que se blanqueaba a través del sistema conocido como «back to back», en el que el cliente «simula que alquila un préstamo con ese banco, presenta garantías falsas y reingresa ese dinero».
La investigación, que desde 2013 dirige Gonella, acusa «a una organización por asociación ilícita y lavado de activos» por unos 1.000 millones de dólares entre los años 2000 y 2008.
El ministerio público ha imputado a 22 directivos y empleados del banco, de los que 6 son de nacionalidad francesa, gracias a la incautación de documentos en la filial bonaerense del banco.
Ente los también 22 presuntos clientes de ese sistema de evasión de capital se cuentan dos exjueces, el exvicecanciller Roberto García Moritán, o funcionarios encargados del control fiscal y agentes de las fuerzas de seguridad, entre otros.
Si se abre juicio oral, los imputados tendrán que rendir cuentas ante la justicia argentina. También los ciudadanos franceses, a tenor del acuerdo de extradición recientemente alcanzado entre París y Buenos Aires, precisó la embajadora del país latinoamericano, María del Carmen Squeff.
El fiscal no descartó que se puedan embargar activos del banco «si se llega a demostrar que hay un vínculo entre la casa matriz y la sucursal en Argentina».