domingo, 24 de marzo de 2019
La satisfacción de Piñera

Por Carmen DE CARLOS, para SudaméricaHoy

Esperó que llegaran tiempos mejores y acertó. Sebastián Piñera no pudo en su primer mandato enfrentarse al club de los bolivarianos. Tenía enfrente al matrimonio Kirchner, a Lula y a Dilma Roussef en Brasil y los vientos del socialismo siglo XXI soplaban en Caracas sin obstáculo. Ahora, es otro el panorama. Venezuela es un caos donde la vida no tiene valor y la mayoría de los países de la región despertó de su largo letargo para denunciarlo. El presidente de Chile, pragmático, con temple y con nuevos vecinos aprovechó para enterrar a Unaur y crear Prosur, la otra cara de una moneda que pretende ser funcional al margen de las ideologías de los presidentes. Requisito imprescindible, que los países miembros sean democracias plenas y se respeten los derechos y libertades de los ciudadanos. Por lo tanto, Venezuela quedó fuera,

Piñera, con la ayuda de Ivan Duque y los respaldos de Jair Bolsonaro y Mauricio Macri se pone al frente de un buque cuya misión es avanzar en la misma dirección de desarrollo y progreso para Sudamérica. El rumbo está trazado y fuera del mismo apenas se han quedado los nostálgicos de otro ciclo, los mismos que representan a naciones de escaso peso específico como Bolivia y Uruguay, dos países que se resisten a llamar a Venezuela por su nombre, el de la tiranía. No obstante, asistieron como observadores al bautizo de Prosur en Santiago. Será cuestión de tiempo, o de futuros presidentes, que cambien de opinión y el bloque sudamericano se haga fuerte. Piñera, co motivo, ya puede sentirse satisfecho.