Buenos Aires, 26 nov (EFE).- El Instituto de Investigaciones, dependiente de la Justicia argentina, presentó esta semana el mapa de 2014 sobre los homicidios dolosos cometidos en la capital de Argentina, que muestra que, desde 2010, aumentaron un 17,8 % los casos, hasta 198, y que la mayoría ocurrieron en barrios del sur.
El informe, que ya había sido presentado en cuatro años anteriores, incorpora un estudio comparativo que pone atención en las zonas de mayor concentración de muertes violentas, con un «mapa del delito» de los barrios más peligrosos.
En los datos generales, el estudio consigna que, durante el año que pasó, hubo 198 víctimas de homicidio doloso, y que la tasa de homicidios para la ciudad fue de 6,85 por cien mil habitantes.
La comuna porteña con mayor cantidad de homicidios fue la 4, que agrupa los barrios de Barracas, La Boca, Parque Patricios y Nueva Pompeya, donde se cometieron 45 homicidios dolosos.
En cuanto a sexo, el 82 % de las víctimas fueron hombres, y un 18 % mujeres.
Con respecto a los victimarios, el 74% son hombres, el 5% mujeres y no se tienen datos en un 21 % de los casos.
El 72 % de las víctimas tenía entre 18 y 50 años, y el 28% restante se distribuye entre el resto de franjas de edad, mientras que, respecto de los victimarios, predomina el intervalo que va desde los 19 a los 35 años, y un 6 % son menores de edad.
El 42% de las víctimas residía en zonas urbanizadas, mientras que un 38% lo hacía en barrios de emergencia y asentamientos.
De los victimarios conocidos, el 50,43% residía en barrios de emergencia o asentamientos precarios, mientras que el 49,57% en lugares urbanizados.
Las nacionalidades de las víctimas se distribuyen entre argentina (63 %) y extranjeras (35 %), grupo en el que predominan los paraguayos y los peruanos, con 20 y 25 muertes respectivamente.
Los motivos están encabezados por «discusión o venganza» en un 39 %, seguido por «robo» (17 %) y «discusión intrafamiliar» (14 %).
Por último, la cantidad de homicidios aumentó en un 17,8 % desde 2010, ya que pasaron de 168 en aquél año a 198.
Lo mismo ocurrió en la cantidad de victimarios, que aumentaron en un 59 % y pasaron de 179 a 286.