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Fernando Czyz
Buenos Aires, 3 ago (EFE).- De pocas palabras y con un perfil bajo, el portero Marcelo Barovero se transformó en el líder silencioso de un River Plate que busca su tercer título de Copa Libertadores.
Este cordobés de 31 años busca este miércoles su quinto campeonato desde que llegó a River en 2012 y meterse así en la historia del equipo ‘millonario’.
En un puesto que tuvo emblemas históricos como Amadeo Carrizo, Ubaldo Fillol, Nery Pumpido, Germán Burgos, Juan Pablo Carrizo o Ángel Comizzo, Barovero ha sabido conquistar al exigente público de River Plate.
Capitán de este equipo, ‘Trapito’ se ganó su primera ovación en 2013, con apenas veinte partidos defendiendo el arco de River, que en el último semestre derivó también en un pedido popular para que tenga su oportunidad en la selección Albiceleste.
«Barovero está haciendo muchos méritos como el gran arquero que es. Confío mucho en sus cualidades y la técnica que tiene», afirmó Amadeo Carrizo en su momento, mientras que Ubaldo Fillol en 2013 ya había advertido: «Puede llegar a ser ídolo».
Luego de formarse en la cantera de Atlético de Rafaela y de desempeñarse durante cuatro temporadas (2003-2004 al 2006-2007) en el club santafesino, Barovero tuvo un breve paso por Huracán (2007-2008) llegó a Vélez Sarsfield para transformarse en referente y emblema.
Luego de conquistar dos títulos con ‘el Fortín’ (Clausura 2009 y 2011), en julio de 2012 aceptó el desafío de jugar en River Plate.
‘Trapito’ tuvo su momento de mayor gloria en las semifinales de la última Copa Sudamericana, donde le contuvo un penalti decisivo a Emmanuel Gigliotti, que le permitió a River Plate eliminar a Boca Juniors y encaminarse hacia el título internacional.
Elegido como el mejor jugador de la Copa Sudamericana, Barovero ya conquistó dos títulos locales (Torneo Final y Copa Campeonato 2014) y dos internacionales (la mencionada Sudamericana y la Recopa).
«Un club como River, en el último año, se acostumbró a jugar partidos decisivos, más allá de que esta es una final por la que todos vienen soñando hace casi 20 años», dijo recientemente.
El capitán sabe que está en las puertas de un logro trascendental para el club, y ante la gran oportunidad de ser protagonista de una foto histórica al alzar la Copa Libertadores, esa misma que tuvo como emblemas a Américo Gallego en 1986 y a Enzo Francescoli en 1996.