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Discurso de Gabriel Boric
Buenos Aires, 22 oct (EFE).- Quince marineros chinos permanecen varados en un buque pesquero desde abril en el sur de Argentina, donde fueron ser retenidos por faenar sin autorización en el territorio exclusivo del país y donde otro de los tripulantes murió por una hepatitis crónica, informaron hoy fuertes portuarias.
«Según la ley de navegación, el barco no puede ser abandonado, tiene que quedar una dotación mínima a bordo de nueve personas» dijo a Efe, David de Bunder, director operativo de la Administración Portuaria.
«Legalmente la tripulación no puede abandonar el barco», añadió De Bunder, lo que provoca una situación crítica entre los marineros chinos, que ni siquiera reciben un sueldo por parte de la compañía armadora y que se han quedado sin fondos después de seis meses viviendo en el puerto.
El pasado mes de abril, el barco fue retenido en un operativo coordinado por la Secretaría de Seguridad de la Nación, por pescar dentro de la Zona Económica Exclusiva Argentina (ZEEA) según confirmó a Efe la Prefectura Naval.
El buque fue remolcado hasta el muelle Luis Piedra Buena de Puerto Madryn, al sur de Argentina, donde tomó amarras el día 10 de ese mes, y quedó involucrado en un proceso administrativo por infringir la legislación marítima.
La embarcación china HU SHUN YU 809 fue interceptada por la Prefectura Naval Argentina, mientras faenaba dentro de aguas argentinas, y fue abordada cuando transportaba 600 toneladas de calamar en su bodega y restos frescos de pesca.
De los 31 tripulantes que partieron en noviembre del año pasado del puerto de Zhongshan, en China, 15 ya fueron repatriados en agosto, cuando dos representantes de la empresa armadora viajó a Argentina para hacerse cargo de la situación.
Posteriormente, los representantes abandonaron el país y se desentendieron del buque pesquero y del resto de la tripulación, según confirmó De Bunder.
Otro de los marineros que permanecieron en argentina murió debido a una hepatitis crónica que padecía.
El incumplimiento de la empresa armadora y los múltiples problemas legales y burocráticos mantienen a quince de los tripulantes en el puerto patagónico sin poder regresar a su país.
A pesar de que pueden salir a pasear por la ciudad libremente, deben cumplir los horarios del puerto -de 8:00 a 21:00 horas- y siempre debe de haber un mínimo de seis tripulantes en el interior.
Según informó De Bunder, la Administradora Portuaria tiene previsto trasladar el buque al muelle comercial Storni debido al inminente comienzo de la temporada de cruceros, y el abandono de la empresa armadora de la embarcación china, que no se está haciendo cargo de los costes del amarre.