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Discurso de Gabriel Boric
Buenos Aires. Por Natalia KIDD/Efe/Ignacio PERALES
El joven dirigente argentino Sergio Massa, de pasado neoliberal, estrellato en el kirchnerismo y ahora uno de los líderes de la oposición, se prepara para lanzarse a la carrera a la Presidencia en el 2015. Su victoria en los comicios legislativos de hoy, de más de 10 puntos sobre Insaurralde, le dejan en una posición inmejorable.
Con el 34,94 % de los votos, este abogado de 41 años y candidato a diputado logró ya en las primarias de agosto pasado un triunfo resonante en la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral del país, que los sondeos vaticinan que se repetirá este día 27.
«La política es mi forma relacionarme con el mundo, de aportar a la sociedad. A ella le dediqué mucho, pero le debo más», asegura Massa, quien atribuye a la política haber conocido a su esposa y madre de sus dos hijos, Malena Galmarini -con él en la imagen- militante e hija de un conocido dirigente peronista local.
Massa, líder del opositor Frente Renovador, ingresó en la arena política a los 17 años como militante de la liberal Unión del Centro Democrático, que a comienzos de la década de 1990 fue absorbida por el peronismo bajo el Gobierno de Carlos Menem (1989-1999).
Tras la severa crisis económica que afectó al país a finales de 2001, otro presidente peronista, Eduardo Duhalde (2002-2003), le designó director ejecutivo de la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses), a cargo del sistema de jubilaciones.
En 2005 fue elegido diputado nacional, pero renunció a su escaño para seguir al frente de la Anses a pedido del entonces presidente Néstor Kirchner (2003-2007).
Dos años después, en diciembre de 2007, asumió como alcalde del municipio bonaerense de Tigre, de 400.000 habitantes, tras imponerse en las elecciones por el 46,3 por ciento de los votos.
Dejó el cargo provisionalmente en julio de 2008 al ser convocado por la presidenta argentina, Cristina Fernández, para ocupar la Jefatura del Gabinete de ministros.
En medio de una grave crisis política tras un fuerte conflicto con el sector agropecuario, Fernández acudió a la ascendente figura política de Massa para «oxigenar» la imagen del Gobierno.
Abandonó el Gabinete en julio de 2009, en medio de otra crisis en el oficialismo por la derrota de Kirchner en las elecciones legislativas en las que competía como primer candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires, la misma categoría a la que aspirará ahora Massa.
Tras su salida del Gabinete, volvió a la alcaldía de Tigre, donde logró buena fama como administrador, lo que le permitió conseguir la reelección en 2011 con el 73 % de los votos.
En el último año, marcó gradualmente sus diferencias con el oficialismo, aliándose con un grupo de alcaldes bonaerense peronistas críticos al Gobierno.
Finalmente, Massa creó el Frente Renovador como un espacio de «corazón peronista y cerebro modernista».
Su candidatura ha incomodado por igual al Gobierno y a otros peronistas disidentes con aspiraciones electorales.
«Massa es un opositor peculiar. De su lista de candidatos, muchos han sido funcionarios del Gobierno. Pero la gente estaba buscando una persona con un perfil más tolerante, con mejor talante, proclive a dialogar, con menos arrogancia, con menos jactancia y Massa lo encarna perfectamente», dijo a Orlando D’adamo, codirector del Centro de Opinión Pública de la Universidad de Belgrano.
Con la victoria este domingo, según el analista Jorge Arias, «claramente Massa va a quedar en el cuadro de los posibles candidatos a presidentes» para los comicios de 2015.
Su desafío será, entonces, «la construcción de un proyecto político federal, con anclaje en el territorio, que es un enorme desafío para un corto plazo como son dos años», sostuvo el experto.