México, 7 ago (EFE).- El joven mexicano Óscar Álvaro Montes de Oca dijo hoy que vivió un infierno desde que fue detenido en el aeropuerto internacional de Ciudad de México, acusado de ser propietario de una maleta con cocaína que nunca reconoció como suya, y pidió que no haya más inocentes en las cárceles.
«No puede ser que el cambio de una etiqueta (de una maleta) sea suficiente para que alguien sea acusado de tráfico de drogas», afirmó en rueda de prensa en Toluca, capital del Estado de México, unas horas después de salir de la prisión en la que fue recluido el fin de semana pasado.
Acompañado por Jorge Olvera, el rector de la universidad de la que se graduó como sociólogo y para la que actualmente trabaja, el joven de 23 años agradeció entre lágrimas el apoyo de la sociedad y afirmó que pagará algo de lo recibido ayudando a otras víctimas del sistema judicial.
Dijo que conoció «muchos casos» como el suyo dentro del penal de Tepic, capital del occidental estado de Nayarit, y que pedirá que «se revise caso por caso. Se trata de personas que no han tenido los medios para defenderse», comentó.
«Todos estamos expuestos a eso», lamentó Montes de Oca, y añadió que «el sistema hace que todos seamos presuntos culpables antes que inocentes».
«No hay porqué de criminalizar a la sociedad por lo que hacen unos pocos», explicó.
Aunque contó que no fue agredido físicamente en prisión, sí sufrió el aislamiento, «cobijas que huelen a orines y comida echada a perder». La violencia, apuntó, «se expresa de muchas maneras».
Narró que tuvo que hacerse amigo de varios presos y encontrar su lado humano para poder sobrevivir, estimó «sumamente importante» que nadie vuelva a pasar por lo que él vivió.
El joven llamó a la sociedad a aprovechar la atención que se generó a nivel nacional por su caso y ejercer presión para que las aerolíneas y los aeropuertos establezcan mecanismos de seguridad que impidan que algo así pueda repetirse.
Montes de Oca fue detenido el viernes pasado en el aeropuerto de la capital mexicana, acusado de ser propietario de una maleta en cuyo interior había 20 kilos de cocaína y que él nunca reconoció como suya.
El joven regresaba al país después de disfrutar de unas vacaciones de Argentina en un vuelo de la aerolínea colombiana Avianca que hizo escalas en Lima y Bogotá.
Jorge Olvera, el rector de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), dijo hoy que Avianca aportó pruebas contundentes e «irrefutables» que demostraron que la maleta de Óscar había sido cambiada en el trayecto.
Ello fue clave para que la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía) anunciara el jueves que retiraba los cargos contra el joven, apuntó.
La pieza de equipaje entregada en la Ciudad de México no concuerda con la que se registró en el aeropuerto de Buenos Aires, admitió la institución en un comunicado.
Óscar recomendó este viernes a los viajeros tomar fotos o vídeos de su equipaje y «en ningún momento tomar una maleta que no les pertenece por más que nos presionen».
Sobre las denuncias presentadas por este caso ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Olvera dijo que seguirán su curso, mientras que la familia aún deberá decidir si procederá en contra de las autoridades o la aerolínea.
Este caso, que provocó gran indignación en las redes sociales y llevó a familiares y amigos a raparse en solidaridad con Óscar -rasurado al ser recluido en prisión-, no es el primero de estas características que sacude a la sociedad mexicana.
En julio de 2013, la maestra Ángel de María Soto Zárate también fue detenida en el aeropuerto capitalino por transportar 10 kilos de cocaína en una maleta que nunca reconoció como suya.
Tras una intensa campaña a favor de su liberación y evidencias de que la maleta con la droga no le pertenecía, Soto fue excarcelada cinco días después.