Por Natalia AGUIAR para SudAmericaHoy (SAH)

El reconocido penalista español, con extensa trayectoria a nivel mundial, Francisco Muñoz Conde, se refiere a las deficiencias del sistema penal latinoamericano y a las violaciones a derechos humanos  como, “una metodología arraigada en la cultura de las agencias de poder policial en todo el mundo”. En esta entrevista apunta, entre otras prácticas habituales, a la tortura.

Muñoz Conde participó del «Congreso Internacional sobre Tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes» que se llevó a cabo en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, organizado por la Defensoría General de la Nación, a cargo de Stella Maris Martínez.  Del evento participó también el magistrado de la Corte Suprema argentina, Eugenio Zaffaroni quien consideró que la responsabilidad de la aplicación de la tortura en la actualidad no es exclusiva de las Fuerzas de Seguridad: «Existen responsabilidades judiciales, políticas, legislativas y de los medios de comunicación», aseguró.

¿Cómo definiría la tortura?

Un trato inhumano degradante. Se acostumbra desde las agencias policiales a dar purgantes a los presos, los guardias orinan encima de las personas privadas de su libertad… El concepto es someter a humillación, eso es tortura.

En Argentina es un mecanismo común sobre todo en las comisarías.

Ocurre no sólo en Argentina sino también en otros países. A veces, en casos puntuales, puede ser que un policía pierda los nervios  pero  generalmente se trata de un trato humillante  pensado y organizado. Además, se hace con violencia, con golpes y de forma oscura, en una celda fría y tirado en  un colchón sucio. El maltrato está generalizado en las comisarías, no sólo aquí, en todo el mundo.

¿Cómo definiría la situación en Latinoamérica?

Bastante fea, no hay una cultura de respeto a los derechos humanos.  Para el ciudadano medio puede haber más cuidado pero para la clientela habitual, de delincuentes en comisarías y centros penitenciarios suele ser maltratada por los mismos agentes y responsables de su seguridad.

¿Esto es responsabilidad de los Estados?

En  países con deficiencia económica estructural,  con enormes índices de pobreza, sin escuela, sin hospitales, donde las cárceles y comisarías están en condiciones ineficientes es casi normal el mal trato y la denigración al ser humano.  También existen otras situaciones en las que sin tratarse de delincuentes, también son maltratados los ciudadanos. Como aquellos que  están enfermos o en instituciones hospitalarias, o niños en las escuelas en condiciones deficientes. Esto también es trato inhumano.

¿Cree que se trata de ausencia del Estado?

La crisis de los países latinoamericanos que incluso han conseguido en los últimos años algún desarrollo macroeconómico importante siguen teniendo deficiencias en esta materia, es una de las lacras más  importantes. Pero claro que uno va a África, y dice… Bueno, Latinoamérica está bien.

¿Cual sería la salida en América Latina?

Apostar al desarrollo cultural, económico y social, eso no se hace en un siglo, es una cosa progresiva la que hay que trabajar mucho, tener políticos que tomen conciencia de esta situación, y un sistema político democrático que tenga como meta principal los derechos humanos. Sería trascendental elevar el nivel económico, la  justicia social, y si todo eso se consigue la Justicia será mejor.Pero mientras haya injusticia social y  grandes desigualdades económicas y sociales,  el derecho penal no va a ser mejor. Se los aseguro.