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Discurso de Gabriel Boric
Buenos Aires, 24 ago (EFE).- La oposición argentina cuestionó hoy el amplio triunfo obtenido por el kirchnerismo en los comicios de la provincia de Tucumán (norte), empañados además por incidentes violentos, y reclamó la apertura de las urnas ante la sospecha de fraude.
Con el 81,5 % de las mesas escrutadas a las 14.00 (17.00 GMT), el postulante del Frente para la Victoria (FpV), Juan Manzur, obtenía el 54,4 % de los votos, 14 puntos más que el candidato de la alianza opositora Acuerdo para el Bicentenario, José Cano.
Sin esperar a los resultados definitivos, el Gobierno argentino celebró hoy la victoria de Manzur en el sexto distrito electoral más importante del país y rechazó la existencia de irregularidades.
«Se denuncian por fraude cosas que suceden naturalmente en todos los lugares en donde no se quiere admitir y aceptar que han sido derrotados», dijo el jefe de Gabinete argentino, Aníbal Fernández, al ser consultado por los medios sobre las denuncias opositoras.
En la misma línea se expresó el candidato presidencial del FpV, Daniel Scioli, quien tildó de «resultado contundente» el triunfo del exministro argentino de Salud.
Sin embargo, el FpV se ha quedado solo en el reconocimiento de los resultados electorales.
Tanto Cano como los candidatos presidenciales opositores Mauricio Macri -líder de la conservadora Propuesta Republicana (Pro)- y Sergio Massa -peronista disidente de Unidos por una Nueva Alternativa- criticaron la lentitud del escrutinio, denunciaron la existencia de irregularidades y pidieron un nuevo recuento de votos.
Massa criticó la lentitud del recuento, que pasada la medianoche apenas había arrojado resultados, e insinuó se produjo porque el oficialismo «tapaba» algo, en declaraciones a radio La Red.
Medios locales denunciaron otras supuestas irregularidades, como el descubrimiento de una urna que contenía votos antes de comenzar la elección en el sur de la capital provincial, la entrega de bolsas de comida a cambio de votos y desplazamientos a los colegios pagados por los distintos candidatos.
«Hay que ser responsables e ir a la apertura de urnas», agregó el aspirante presidencial del peronismo disidente, quien se negó a reconocer a Manzur como gobernador electo.
Macri, quien viajó a anoche a San Miguel de Tucumán para acompañar a Cano, aseguró haber visto «todo un sistema electoral basado en tratar de corromper el resultado».
«No podemos aceptar que en medio de una elección democrática gana el más violento», dijo a radio Mitre el alcalde de Buenos Aires y candidato presidencial por la alianza opositora Cambiemos.
La jornada electoral estuvo salpicada por incidentes violentos, que se saldaron con la quema de 42 urnas y seis gendarmes heridos, según detalló el secretario de la Junta Electoral tucumana, Darío Almaraz.
Los disturbios más graves se registraron en San Pablo, a unos 20 kilómetros de la capital provincial, donde se quemaron 28 urnas en una aparente guerra interna entre dos grupos peronistas.
La condena a los episodios violentos fue unánime desde todas las fuerzas políticas y Manzur dijo sentir «vergüenza» de la pelea entre sectores peronistas en San Pablo.
Sin embargo, el exministro de Salud precisó que las urnas dañadas suponen menos del 1 % del total de la provincia.
El gobernador tucumano saliente, José Alperovich, felicitó a Manzur y se mostró desafiante: «Si la oposición y la Junta Electoral quieren abrir todas las urnas, que lo hagan, porque buscamos transparencia».
Argentina se encuentra inmersa este 2015 en un maratoniano calendario electoral que culminará con las generales de octubre.
Varios de los comicios ya realizados se han visto salpicados de acusaciones de fraude, aunque en la mayoría de casos no han llegado a formalizarse frente a la Justicia.
El primer caso sonado fue el pasado junio, en la provincia de Santa Fe (centro, tercer distrito electoral argentino, donde el socialista Miguel Lifschitz se impuso al humorista Miguel del Sel, aspirante de la conservadora Propuesta Republicana (Pro), por solo 2.100 votos.
En la provincia de Buenos Aires, que concentra más de un tercio del electorado argentino, la coalición UNA denunció ante los medios que no se contabilizaron unos 192.000 votos a su favor en los comicios primarios del pasado 9 de agosto, lo que llevó a la apertura de una investigación.
También en Buenos Aires, el Pro se quejó del robo de papeletas en varios colegios electorales.