lunes, 23 de noviembre de 2015
Peronismo disidente critica al kirchnerismo y se ve clave para gobernabilidad

Buenos Aires, 23 nov (EFE).- El peronismo disidente agrupado en la alianza Unidos por una Nueva Alternativa (UNA), frente liderado por Sergio Massa (tercero en las elecciones generales), cargó hoy contra el kirchnerismo tras la derrota en el balotaje presidencial de Daniel Scioli y se vio clave para la gobernabilidad del país.
«El peronismo ha estado usurpado en su conducción en los últimos años, llega el momento de una autocrítica sincera para crear un peronismo bien federal, que sea artífice de la reconciliación entre los argentinos», dijo hoy José Manuel de la Sota, gobernador saliente de la provincia de Córdoba y otro de los referentes de UNA.
«Yo creo que va a haber muchos peronistas que han estado gobernando provincias, intendentes, legisladores… que han sufrido con la política de conducción stalinista del partido y que ahora van a tener la oportunidad de que recuperemos el diálogo, el debate por las ideas», continuó.
Scioli, también peronista, perdió ayer la carrera por la Presidencia argentina frente al conservador Mauricio Macri, líder de la alianza opositora Cambiemos, que obtuvo un 2,8 % más de votos.
«Con un resultado tan estrecho, la relación con Massa y el Frente Renovador es clave para Macri en lo nacional y en la provincia de Buenos Aires (distrito más rico y poblado del país)», donde el peronismo disidente va a ser «vital para tener gobernabilidad», indicaron a Efe fuentes cercanas a Sergio Massa.
Desde el oficialismo, el gobernador de la provincia de San Juan (noroeste), José Luis Gioja, reconoció hoy que podría haber «espacio» para Massa en el aparato del Partido Justicialista (PJ) tras la derrota de Scioli.
«Aquí no hay peronismo de la derrota, hay un peronismo único, hay espacio para todos los que quieras o queramos», cerró Gioja.
A nivel orgánico, el PJ es un paraguas bajo el que se guarecen afiliados que, ideológicamente, van desde la izquierda hasta la derecha.
Es liderado por la corriente de turno en el poder, un rol que durante los últimos 12 años ha tenido el kirchnerismo con el Frente para la Victoria.