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Buenos Aires, 3 ene (EFE).- Tras una semana de búsqueda, continúan los operativos para localizar a tres presos fugados de una cárcel de máxima seguridad argentina, tema convertido en polémica nacional debido a las sospechas de posible complicidad policial y a las acusaciones entre dirigentes políticos locales.
Las pesquisas para encontrar a Víctor Schillachi y a los hermanos Cristian y Martín Lanatta se centran ahora en la zona sur del cinturón metropolitano de Buenos Aires, donde se han realizado unos 40 allanamientos en las últimas horas.
De ellas no participa ya la cúpula de la Delegación Departamental de Investigaciones de la policía de la municipalidad de Quilmes -una de las localizaciones que más suenan como posible escondite, apartada por el Gobierno bonaerense ante la ineficacia de las acciones llevadas a cabo hasta ahora, informó hoy el diario Clarín.
«Tienen muchos contactos, favores, se entremezcla la política», había apuntado ayer el ministro de Interior bonaerense, Cristian Ritondo, en declaraciones radiales.
Cristian y Martín Lanatta y Víctor Schillaci fueron condenados en 2008 a prisión perpetua por los asesinatos de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, involucrados en una red de tráfico de efedrina.
El pasado domingo los criminales salieron por la puerta principal del penal de General Alvear, unos 220 kilómetros al suroeste de la capital argentina, tras reducir a varios funcionarios haciendo uso de una pistola de madera.
La fuga desató una fuerte polémica por la posible complicidad de las autoridades de la prisión en los hechos, señalada públicamente incluso por la propia gobernadora bonaerense, la conservadora María Eugenia Vidal, a la que el incidente ha salpicado poco más de medio mes después de asumir el cargo.
Por el momento, hay dos personas detenidas por la fuga: un empleado penitenciario y un amigo de los fugados al que visitaron nada más escapar para que les prestara dinero.
La madrugada del pasado jueves, en una zona del sur de la provincia de Buenos Aires, donde había un control policial, los prófugos pararon la camioneta en la que viajaban y dispararon a dos agentes de policía, de los cuales uno aún permanece con pronóstico reservado.
Las miradas recaen también sobre el exjefe de Gabinete de Cristina Fernández, exintendente de Quilmes y rival electoral de Vidal por la Gobernación bonaerense, Aníbal Fernández, quien fue acusado públicamente durante la campaña por uno de los prófugos de estar involucrado en el asesinato por el que fueron condenados él y sus dos compañeros.
La acusación perjudicó la candidatura de Fernández, del kirchnerista Frente para la Victoria, quien fue derrotado, contrariamente a lo que pronosticaban las encuestas, por la actual gobernadora.
«Creo que Aníbal Fernández está involucrado con todo lo que tiene que ver con el submundo de Quilmes. Tiene que ver con muchas cosas que pasan en esa zona», dijo ayer Ritondo a radio Mitre.
«Le informo que sus prófugos no andarían por ningún ‘submundo’ sino por la casa de la suegra y la verdulería», contestó Fernández poco después, a través de Twitter, en referencia a las informaciones que apuntan a que uno de los criminales visitó a su suegra para pedirle dinero y otro fue visto en un comercio de Quilmes.