domingo, 21 de octubre de 2018
«Sangre blanca», la película argentina en la frontera del ADN y la droga


Por Ernesto SÁNCHEZ, para SudAméricaHoy

Con una excelente acogida para el film argentino “Sangre
blanca” de Bárbara Sarasola Day y su protagonista Eva De Dominici, ambas presentes para acompañar la proyección, se inauguró la 13a. Fiesta del Cine de Roma que cuenta con una conspicua presencia latinoamericana.
En efecto, diez películas, cuatro de México, dos de Argentina y de Brasil
y una de Colombia y otra de la República Dominicana integran el programa de
la manifestación que convoca al Auditorium Parque de la Musica de Roma un
gran público, sobre todo de jóvenes, que llenan las diferentes salas desde
las nueve de la mañana hasta pasada la medianoche.
“Sangre blanca” es un film que explora una tirante relación padre-hija
y logra atrapar al espectador e identificarse con la angustia de la
protagonista, una joven que con su compañero cruza la frontera entre Bolivia
y Argentina llevando en sus cuerpos óvulos de cocaína y que debe enfrentarse
no solo con las presiones de los narcotraficantes sino también con la muerte
de su novio, al estallarle una de las cápsulas.
Desesperada, pide socorro a su padre, que nunca la reconoció como hija y
con quien mantiene una relación de amor y odio, para que, siendo médico,
extraiga los óvulos del cuerpo de su compañero y la ayude a deshacerse del
cadáver.
Gracias a una interpretación superlativa de De Dominicis y de Alejandro
Awada, un guión a prueba de balas y una vivaz cámara de Yarará Rodríguez,
el film logra atrapar al espectador y sumergirlo en la angustia de la
protagonista.

“Siempre me interesó el tema de las fronteras, esa construcción
imaginaria que más que separar a los habitantes de ambos lados, los une por
identidad de cultura y hábitos” declara Sarasola Day, a su segundo
largometraje luego de la ópera prima, “Deshora”, que pasó hace cinco
años en el Festival de Berlín.
“Yo además de directora y guionista soy también productora y en este
lustro no solo me ocupé del guión sino también de películas de otros
cineastas, aunque me parece que dejé pasar demasiado tiempo entre uno y otro
film y por eso ya estoy escribiendo el guión de mi próxima película”
agrega.
“Yo no solo escribo las situaciones y los diálogos del film sino que
también elaboro un guión técnico que me permite cuidar la posición de los
actores para que la cámara se ponga a su servicio, siguiéndolos en sus
movimientos, y no al revés”, asegura la directora.
“Mi personaje pasa por muchas situaciones desagradables e incómodas, no
solo por la muerte de su novio sino también por el acoso de los
narcotraficantes, y cuando decide pedir ayuda al padre, con el que no tiene
relaciones, lo hace también para tratar de lograr que este la reconozca de
alguna manera como hija” afirma De Dominici, que luce un sombrero negro que
no se quitó durante toda la conferencia.
“El problema de Martina – agrega – es que viaja por lugares y afronta
problemas que no le pertenecen y aunque como personaje es lo más lejano a
mí, comparto con ella esa angustia que se transmite a todo el film”.
De Dominici niega que Martina sea un monstruo: “es simplemente una chica
que toma una decisión equivocada y que trata confusamente de resolverla y el
chantaje que hace al padre es solo una manera de que este la reconozca al fin
como hija”.
Sarasola Day afirma que desde hacía tiempo soñaba con trabajar con
Alejandro Awada “un actor excelente y un hombre maravilloso y cuando aceptó
hacer la película me llenó de felicidad” declara.
“Yo conozco a Alejandro desde que tenía 13 años porque era el padre de
una compañera cuando estudiábamos juntas teatro y nos llevaba a comer cuando
venía a buscar a su hija y cuando supe que iba a trabajar conmigo le dije un
sí de cabeza a Bárbara”.
Por su parte Sarasola Day declara que “elegí a Eva porque la había
visto en cine y en una serie de televisión y me conquistó. Con ella
trabajamos mucho con el guión y me llenó de preguntas acerca de su
personaje”.