lunes, 26 de octubre de 2015
Scioli y Macri se lanzan a carrera por votos en inédito escenario Argentina

Buenos Aires, 26 oct (EFE).- Argentina estrenó hoy un nuevo e inédito ciclo político en el que el oficialista Daniel Scioli y el conservador Mauricio Macri protagonizan una ajustada carrera en busca de votos para alcanzar la Presidencia en segunda vuelta.
«Es el comienzo de una nueva Argentina», dijo hoy un pletórico Macri en su primera rueda de prensa tras las elecciones del domingo, en las que superó todos los pronósticos y sumó un 34,34 % de los sufragios, solo 2,5 puntos por debajo de Scioli.
«La segunda vuelta es una gran final por el futuro del país», afirmó el candidato oficialista también en su primer contacto con los medios, una convocatoria que se transformó en un acto de campaña en el que Scioli estuvo arropado por decenas de colaboradores y simpatizantes.
Pese a ser el más votado en los comicios presidenciales del domingo, Scioli fue el gran perdedor de la jornada, no sólo porque no logró ganar en primera vuelta partiendo como favorito en las encuestas, sino porque se quedó con apenas un 36 por ciento de votos, un porcentaje menor del que logró en las primarias del pasado agosto.
Sin embargo, Scioli trató hoy de mostrarse optimista: «Pongamos las cosas en claro, volvimos a ganar la elección», dijo, convencido de que «están mucho más lejanas las visiones del socialismo y del progresismo de Macri que de nosotros».
«El problema lo tiene él (Macri), no lo tenemos nosotros», insistió.
Ambos candidatos ultiman sus nuevas estrategias para la frenética campaña que se desarrollará en las próximas cuatro semanas en busca del voto de las fuerzas que quedaron fuera del balotaje.
En la mira tanto del Frente para la Victoria como de Cambiemos, el peronista disidente Sergio Massa, líder del Frente Renovador y de la alianza Una Nueva Alternativa (Una), que, con el 21,34 % de los sufragios logrados el domingo, se ha convertido en una pieza clave en el nuevo mapa político argentino.
Massa definió anoche el espacio que lidera como un «garante» de un «cambio» para «construir un mañana mejor» y adelantó que la coalición armará «un documento único» sobre su estrategia política porque «queremos que por una vez en Argentina no se discutan cargos, que se discutan programas de gobierno».
Macri y Scioli buscan también el voto de otras facciones del peronismo, de socialistas y progresistas.
En juego, el 3,27 por ciento de votos conseguido en los comicios del domingo por Nicolás del Caño (Frente de Izquierdas), el 2,54 por ciento del progresismo de Margarita Stolbizer y el 1,67 por ciento del federalismo del peronista Adolfo Rodríguez Saá.
«Estamos acá para representarlos, con responsabilidad, con humildad», dijo hoy el líder conservador.
«La palabra cambio puede ser muy atractiva, pero tenemos que darnos una discusión profunda, qué tipo de cambio queremos en la Argentina», advirtió Scioli.
A diferencia de lo ocurrido en la campaña para la primera vuelta presidencial, el candidato kirchnerista se mostró dispuesto a debatir públicamente con Macri y prometió un «análisis profundo desde la responsabilidad y la autocrítica» de los resultados electorales, que quedaron muy lejos de los diez puntos de ventaja que vaticinaban los sondeos.
Unos resultados que desde el equipo de Scioli explican, en parte, por el varapalo sufrido en la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral del país, donde contra todo pronóstico el oficialista Aníbal Fernández, actual jefe de Gabinete del Gobierno, perdió frente a la candidata de Cambiemos, María Eugenia Vidal.
Incluso la propia fuerza de Macri atribuye su buena elección a la victoria de Vidal, que se anotó un 39,49% de los votos frente al 35,18 % de Aníbal Fernández.
Vidal rompió con casi tres décadas de hegemonía peronista y será la primera gobernadora de la provincia bonaerense, la más rica y poblada del país.
La gran ausente de la jornada ha sido la presidenta, Cristina Fernández, que guardó silencio hoy sobre el escenario político con el que amaneció Argentina.
La mandataria estuvo ausente también durante la larga noche electoral, con resultados que se retrasaron seis horas desde el cierre de urnas.
Sólo trascendió que felicitó a su cuñada, Alicia Kirchner, por su triunfo en la Gobernación de la provincia patagónica de Santa Cruz, la cuna del kirchnerismo.