jueves, 19 de febrero de 2015
Un lugar en la historia

José Mujica
josé valesPor José VALES

¿Cuál será el lugar en la historia que retendrá cada uno de los gobiernos que este año expiran en Sudamérica? Una pregunta que suele sobrevolar los pensamientos de analistas y de los presidentes más lúcidos cuando la fecha de caducidad de sus mandatos se acerca.

Si fuese José “Pepe” Mujica, el que busca la respuesta, en base a que en un par de semanas más se convertirá en ex presidente, parece muy difícil la tarea. En su gobierno hubo errores y acumuló críticas pero su imagen cotiza alto, porque su estilo despojado de prejuicios y de formalidades, su gran sentido común y sus dotes políticas, lo llevarán a salir del gobierno, tal vez, con una despedida inédita para un presidente uruguayo, desde los tiempos de José (otro Pepe) Batlle y Ordoñez (1903-1907 y 1911-1915).

Otra que se va este año es la vecina de Pepe Mujica. Cristina Fernández de Kirchner y en este caso la cosa es un poco más compleja. Basta observar cómo fue la marcha opositora, con los fiscales al frente, más importante de las que haya sufrido el kirchnerismo en sus últimos 12 años.

Si la economía, montada sobre la inflación, y la mala praxis política, ya la tenían condenada a no terminar muy bien sus días de presidenta, la muerte del Fiscal Alberto Nisman, la sentenciaron a acabarlo peor. Imputada judicialmente, la presidenta habla pero no se refiere al tema de su acusación. La investigación sobre el caso Nisman sigue adelante y con nuevos elementos. Por ejemplo, ahora la Justicia deberá determinar si el cadáver calcinado que apareció cerca a lo que fue el domicilio del ex fiscal especial del caso AMIA, tiene que ver con el asunto que tiene movilizado a todo un país.

Los ataques del gobierno a la Justicia y el desafío de jueces y fiscales al manifestarse pone al país a merced de un inédito choque de poderes. Pareciera que la presidenta está dispuesta a ponerse el país de sombrero, antes de entregar el poder el próximo 10 de diciembre.

Cuando el domingo, brindó su segunda cadena nacional en 36 horas, los argentinos esperaron que su mandataria hiciera alusión a la imputación judicial de la que es objeto como presunta encubridora en el atentado a la AMIA. Nada. Sólo dijo que aprendió “a aguantarlo todo”No es la única. Viendo como está el país, los argentinos aprendieron a aguantarlo todo de ella y de sus antecesores.Cristina Kirchner

No es el único problema judicial que enfrenta la presidenta y su familia. La investigación por presunto blanqueo de capitales de su empresa Hotesur S.A., que administra hoteles en la Patagonía, podría complicar su situación y la de su hijo, Máximo “el osito” (como lo apoda mamá) Kirchner.

Pero si el gobierno hace todo lo posible para que la marcha fracase, los fiscales no pueden borrar, ahora que optaron por un papel político, su pasado más reciente, a la hora de cumplir sus menesteres. La Justicia argentina ocupó un rol de funcionalidad para con el poder, durante la mayor parte del período kirchnerista.

El vicepresidente Amado Boudou, aún sigue en funciones, a pesar de su procesamiento y hay numerosos casos como el de Nisman que llevan décadas en una nebulosa judicial y sin resolución. Sólo cuando la corporación se vio afectada, cuando se golpeó su espíritu de cuerpo, reaccionó.

Con la economía y el mercado de cambios encapsulado para evitar una mayor inflación, al menos hasta después de las elecciones de octubre, con un oficialismo que ya critica en reuniones -aún secretas- el comportamiento de la “La Jefa”, y la Justicia marchando de frente a un choque contra el Ejecutivo, el lugar de la señora Kirchner en la historia parece sentenciado. Otra vez el peronismo, en tanto productor de “filmes macabros”, presenta una remake de otros tiempos. Más precisamente de los gloriosos 70 que “La jefa”, suele reivindicar.
Una mujer presidenta, tras la muerte de su esposo, es capaz de colocarse “el país de sombrero” (expresión argentina de destruirlo todo). Cualquier similitud con lo que fue el gobierno de María Estela Martínez de Perón (1974-1976) ya no es pura coincidencia. Son los detractores de Cristina K, los que osan compararla con la viuda del fundador del peronismo. La viuda de Perón pasó a la historia por su incapacidad para gobernar, y su decida opción de vida de no leer ni el directorio telefónico, salvo la edición española de la Revista Hola. 

Isabel Perón en sus tiempos de presidenta

María Estela en sus tiempos de presidenta

Cristina quedará en el recuerdo por su pasión por el Twitter y por su fervoroso afán en conseguir los últimos modelos de la Louis Vuitton y los sombreros. Al punto tal, que cuando ya no encontró que ponerse, optó por esa metáfora tan argentina, que explica cuando se lo destruye todo.