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Javier Aliaga
La Paz, 2 sep (EFE).- Los movimientos sociales aliados del presidente boliviano, Evo Morales, afinan la estrategia para buscar al menos un cuarto mandato consecutivo para el gobernante, iniciativa que la oposición denuncia como un daño a la democracia.
La Coordinadora Nacional para el Cambio (Conalcam), conformada por sindicatos y grupos campesinos e indígenas leales al Gobierno, prepara un proyecto de ley para cambiar el artículo 168 de la Constitución, que limita a dos los mandatos consecutivos de un presidente.
Esa propuesta, que será enviada al Parlamento, debe someterse a un referendo que podría ser convocado para este mismo año.
Morales y su vicepresidente, Álvaro García Linera, gobiernan Bolivia desde 2006 y asumieron hace ocho meses su tercer mandato con un apoyo del 61 % logrado en las elecciones de octubre pasado, tras presentarse como candidatos con un aval del Tribunal Constitucional cuestionado por la oposición.
Si el referendo aprueba la reforma constitucional ambos serían otra vez candidatos en 2019 buscando un cuarto período consecutivo hasta 2025.
Sin embargo, los dirigentes de la Conalcam no solo hablan de un mandato más sino también de abrir las puertas de la Carta Magna para las postulaciones indefinidas, lo que ha valido que la oposición acuse a Morales de actuar como en una «monarquía absolutista».
Esos grupos sociales se reunieron el martes con Morales en el Palacio de Gobierno y allí anunciaron que dentro de una semana presentarán el texto del proyecto de ley que remitirán al Congreso.
En principio, el martes próximo se conocerá el alcance de la propuesta para hacer la reforma parcial de la Constitución y se sabrá si se busca un mandato más o una reelección indefinida.
Esa disyuntiva clave es parte del debate, según han reconocido por separado el dirigente petrolero Domingo Vázquez y el viceministro de Coordinación con Movimientos Sociales, Alfredo Rada.
Cualquiera sea la propuesta legal, el gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) no tendrá problemas en aprobarla debido a que, fruto de su amplio triunfo de octubre pasado, tiene los dos tercios necesarios de legisladores de la Cámara de Diputados y el Senado.
Rada también defendió este miércoles la iniciativa presentada por la Conalcam porque, según dijo, esa entidad es un bloque de sectores y movimientos sociales que no necesariamente están vinculados a la estructura política partidaria del MAS.
En la visión del Gobierno, la nueva «repostulación» de Morales a la Presidencia en 2019 será una muestra de una mayor «profundización de la democracia», si se tiene en cuenta que fue propuesta por la Conalcam y será aprobada mediante una consulta popular.
No obstante, dos altos dirigentes de la fragmentada y minoritaria oposición parlamentaria, el excandidato presidencial Samuel Doria Medina y el expresidente Jorge Quiroga, consideraron que se está dañando la democracia porque se apunta a «eternizar» a Morales.
Según Doria Medina, el hecho de que los sectores leales al MAS y el Gobierno hayan planteado prematuramente este debate, en el primer año de un tercer periodo, se puede explicar porque se avecina una crisis económica que afectará el panorama político.
Quiroga (2001-2002) acusó el martes a Morales de buscar «quedarse para siempre en el poder», de promover un sistema casi monárquico y de no cumplir su palabra de retirarse de la política en 2020 para atender su propio restaurante, como dijo el año pasado.
El hecho de que el oficialismo no haya generado en diez años otro líder para reemplazar a Morales ha sido tildado también por Quiroga de una muestra de «la magnitud del fracaso de este proyecto».
La oposición también ha señalado que la insistencia del Gobierno en hablar de «repostulación» en lugar de «reelección», más allá de ser un eufemismo, se explicaría porque la Constitución prohíbe de forma explicita más de una reelección continua.
Morales ya rechazó la exigencia sobre la alternancia en el poder argumentando que eso significaría cambiar su modelo económico, mientras que Rada cuestionó que se hable de intentos monárquicos porque, según dijo, los monarcas «no son elegidos por el pueblo».