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Cristina Terceiro
Buenos Aires, 8 dic (EFE).- El presidente electo de Argentina, Mauricio Macri, inició, antes de asumir la Presidencia, un giro en la política exterior del país con la vista puesta en impulsar las relaciones comerciales y conseguir financiación.
Unas cuarenta delegaciones extranjeras han confirmado su asistencia a la ceremonia de traspaso de mando, el jueves, entre ellos ocho presidentes de la región, el Rey Juan Carlos de España, el vicepresidente de la Comisión Europea, cancilleres y un enviado del Vaticano.
A la investidura de Macri asistirán los mandatarios Dilma Rousseff (Brasil), Michelle Bachelet (Chile), Ollanta Humala (Perú), Juan Manuel Santos (Colombia), Rafael Correa (Ecuador), Evo Morales (Bolivia), Horacio Cartes (Paraguay) y Tabaré Vázquez (Uruguay).
Antes de asumir, el pasado viernes Macri viajó a Brasil y a Chile, dos socios estratégicos de Argentina, en una muestra del golpe de timón que pretende dar a la política exterior.
«Ambos países estamos sufriendo procesos de recesión», apuntó el líder de Cambiemos tras su encuentro con Rousseff, convencido de que «si a Brasil le va mejor, a Argentina le va mejor, y viceversa».
Para comandar este giro ha elegido como canciller a Susana Malcorra, una exejecutiva de importantes empresas del país que hasta hace pocos días se desempeñaba como jefa de Gabinete del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon.
Malcorra ya ha adelantado que las relaciones exteriores de Argentina deben ser abordadas como «políticas de Estado, de alguna manera desideologizando lo que se hace».
«Todo aquello que sirva a los intereses argentinos va a ser usado de una manera madura. No va a haber antinomias. Eso es madurez. Así funciona el mundo», adelantó esta semana, en una entrevista con un diario local.
Malcorra se encargó también de aclarar la posición sobre Venezuela, uno de los temas más delicados en la agenda de las relaciones de Macri con algunos de sus vecinos de la región.
Aunque el presidente electo había anunciado su intención de pedir al Mercosur la aplicación de la cláusula democrática contra el Gobierno de Maduro por el tratamiento a los opositores, tras el aplastante triunfo de la oposición en las elecciones del domingo, Malcorra apuntó que «no hay razón» para solicitar las sanciones.
Para el analista político Rosendo Fraga, las señales que ha dado Macri confirman «un gran giro» de la política exterior respecto a los dos mandatos de Cristina Fernández para acercarse a los países de la región, pero también a Estados Unidos y la Unión Europea.
«En la asamblea de la ONU, Cristina (Fernández) sólo se reunió con dos presidentes, con China y con Venezuela. Macri se va a abrir a la Unión Europea, a Estados Unidos y a Japón a nivel global, y a Brasil y Chile a nivel regional. Va a cambiar de eje en Latinoamérica», señaló Fraga a Efe.
Una estrategia con la que el próximo jefe del Estado argentino busca aliados para las políticas que pondrá en práctica nada más llegar a la Casa Rosada y con las que buscará financiación para hacer frente a la pesada herencia de Fernández, que le deja un alto déficit fiscal, caída de reservas del Banco Central y un «cepo» cambiario al dólar, entre otros problemas.
A los gestos de Macri ya ha reaccionado la Unión Europea, que le ha abierto sus puertas en Bruselas y que ve en el futuro presidente un potencial aliado para impulsar el ansiado acuerdo de libre comercio con el bloque suramericano Mercosur.
«Una política de apertura vuelve a hacernos jugar un papel en el mundo, fuera de ese alineamiento con el eje Venezuela-Irán», apuntó a Efe la analista política Celia Kleiman.
Uno de los cambios que ya se avizoran es un acercamiento con los Estados Unidos, país con el que Fernández ha mantenido una fría relación.
El presidente estadounidense, Barack Obama, llamó a Macri el pasado 25 de noviembre y, según Malcorra, hay posibilidades de que el mandatario viaje a Argentina el próximo año.
También se esperan cambios en la relación con el Reino Unido, marcada por el conflicto por las islas Malvinas, bajo dominación británica y cuya soberanía reclama Argentina.
Malcorra anticipó que esta cuestión seguirá siendo «fundamental» para Argentina, pero sostuvo que la relación con el Reino Unido no puede limitarse a este asunto.