La Paz, 7 dic (EFE).- El nuevo embajador brasileño en Bolivia, Raymundo Santos Rocha Magno, asumió hoy su cargo más de dos años después de su designación, un retraso que se debió a que una comisión legislativa de su país se negó a votar su nombramiento porque no se le concedía asilo en Brasil a un opositor boliviano.
El diplomático presentó sus cartas credenciales al presidente Evo Morales en el Palacio de Gobierno.
Rocha Magno, que cubrirá la vacante dejada en 2013 por Marcel Biato, fue objeto de los honores militares de rigor a la salida del Palacio de La Paz, pero no hizo declaraciones a los medios.
Desde agosto del 2013 el Gobierno de Brasil estuvo representado por encargados de negocios debido a que una comisión parlamentaria del Senado brasileño se negaba a discutir el nombramiento ante la falta de respuesta a la petición de refugio planteada a ese país por el exsenador boliviano opositor Roger Pinto.
En agosto pasado Pinto recibió finalmente el refugio solicitado y el presidente de esa comisión, el senador Aloysio Nunes, decidió someter a votación el nombramiento del nuevo embajador.
Pinto ingresó a la embajada de Brasil en La Paz el 28 de mayo de 2012 para pedir asilo político al embajador Biato denunciando que era un perseguido político por parte del Gobierno de Morales.
Después de que Morales le negara a Pinto un salvoconducto argumentando que debía responder por denuncias de corrupción, el dirigente opositor huyó de la embajada brasileña en La Paz hacia Brasilia el 23 de agosto de 2013.
Pinto huyó en un vehículo oficial, con escolta de militares brasileños y la ayuda del entonces encargado de negocios de esa legación, Eduardo Saboia, lo que derivó en un escándalo que se saldó con la renuncia del canciller brasileño, Antonio Patriota.