jueves, 5 de noviembre de 2015
Nuevo presidente del Supremo de Bolivia dice que no hay justicia en el país

La Paz, 5 nov (EFE).- El nuevo presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Bolivia, el magistrado indígena Pastor Mamani, lamentó la situación de crisis del sistema judicial en su país, en el que «en lugar de existir justicia, hay injusticia».
Mamani, quien esta semana fue nombrado presidente del TSJ en sustitución de Jorge von Borries, declaró en una entrevista publicada este jueves por el diario La Razón que «el problema de los abogados, consorcios, la falta de diligencia de policías, fiscales y jueces realmente hacen pensar que no hay justicia en Bolivia.»
El magistrado citó la corrupción y el trato de los funcionarios al público como los principales males de la justicia boliviana, y defendió la necesidad de aplicar la ley y utilizar los tribunales anticorrupción.
Ante esa crisis, reclamó «cambios estructurales» que, en su opinión, no competen solo al TSJ, sino que deben acometerse «en coordinación con el Ejecutivo y el Legislativo», con el objetivo de que la justicia sea «pronta, ágil y rápida» y dé «seguridad jurídica» a los ciudadanos.
Por otra parte, Mamani incidió en la necesidad de aumentar el número de jueces cautelares para terminar con la demora de los procesos, que es uno de los males endémicos de la Justicia en Bolivia, y que ha derivado en la masificación de las cárceles del país, donde un alto porcentaje de reclusos no tiene sentencia.
«Si diez jueces cautelares no bastan para una población, habrá que crear unos 40 ó 50 juzgados cautelares. Eso implica que el Ejecutivo dé más presupuesto», propuso.
El presidente del TSJ propuso una primera fase de diagnóstico en las regiones para encarar los cambios estructurales que juzga necesarios.
Por otra parte, restó importancia a no haber sido elegido para el cargo por unanimidad y recordó que tampoco lo fueron sus dos antecesores: «la democracia nos da este juego en todas las instituciones», apostilló.
Mamani fue elegido por una mayoría simple de cinco votos a favor y cuatro en contra.
La designación de Mamani llega en un momento en que la Justicia boliviana se encuentra inmersa en una grave y prolongada crisis, reconocida por el Gobierno, debido entre otros factores a los casos extendidos de corrupción, el retardo en los procesos judiciales y las injerencias políticas.