lunes, 18 de enero de 2021
«A cada cerdo le llega su San Martín», por Alfredo BEHRENS

Por Alfredo BEHRENS, para SudAméricaHoy

¡Estamos trabajando para atenderlo mejor! Parece cosa de Ripley, pero algo así oyó Bolsonaro de Modi cuando fue a la India a buscar vacunas para los brasileros. Desde “El descubrimiento”, los empresarios de las Américas no han superado el impulso extractivista: se saca de la tierra y así mismo se envía. Sé que es todo es difícil, pero hace 500 años que estamos en lo mismo. Para peor, hoy por hoy, somos rehenes de unos indios que cruzaban caballos. Tal como lo oyes.

El Serum Insititute que firmó con la AZ-Oxford para distribuir su vacuna, hace tan solo medio siglo era un haras, un criadero de caballos. El empresario caballero olfateó el ambiente socialista de los Nehru y entendió que su proyectito preferido, un caballo mecánico tipo el coche Jaguar, no encontraría muchas simpatías en el nuevo ambiente político. No había lugar en la nueva India para caballos, mecánicos o tradicionales. Además, los caballos tradicionales envejecían rápidamente.

¿Qué hacer con tantos caballos si ya nadie querría correrlos?  Si estuviera en las Américas este señor habría usado los caballos viejos para hacer salchichas, pero resulta que prefirió sacarles el suero con el que se podían hacer vacunas. La antitetánica fue la primera que hizo, después vino la vacuna contra difteria, y entre una y otra hoy es capaz de exportar vacunas para más de 100 países. Un genio empresarial diría usted y creo que tiene razón. El problema para las Américas es que Modi es de la estirpe India First. Así fue que  le llegó su San Martín a Bolsonaro, que se quedó con el sombrero mendigando vacunas contra la pandemia.

Ahora bien, nada habría impedido que un país del tamaño de Brasil hubiera creado una capacidad de vacunación adecuada, salvo que sus empresarios son extractivistas. Lo mismo sucede con Chile, Perú, Bolivia, México y Argentina. El problema está en la mentalidad. Hasta el día de hoy las mayores empresas latino americanas exportan minerales. Como mucho, el sector privado exporta carnes. “Gigoló de vacas,” así los llamó un presidente brasilero.

Esta pandemia no será la última. ¿Habremos sido capaces de desarrollar algo más eficaz que máscaras y oraciones para cuando llegue la próxima? No creo que consigamos si seguimos entregando la gestión pública a los financieros. Estos, se metieron en finanzas porque no se sentían atraídos por hacer y menos aún vacunas. A los financieros las campañas de vacunación les huele a cosa de pobre.