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Discurso de Gabriel Boric
Lisboa, 29 dic (EFE).- Un grupo de accionistas y de obligacionistas estudian demandar al Estado portugués y al regulador bancario del país por la liquidación y escisión del Banco Internacional de Funchal (Banif), que estaba en riesgo de quiebra.
«Nuestros abogados están estudiando varias acciones que persigan la protección de los intereses de los accionistas y obligacionistas del banco Banif», anunciaron los demandantes a través del despacho de abogados Miguel Reis e Associados (MRA).
El bufete enumeró varias posibles medidas: la nulidad de la liquidación del banco, anunciada el pasado 20 de diciembre, una demanda contra el Estado luso y el Banco de Portugal, y la investigación por un supuesto favorecimiento al banco Santander, que adquirió los activos «buenos» del Banif por 150 millones de euros.
Los accionistas e inversores en deuda a largo plazo se consideran perjudicados por la opción adoptada por el Estado luso, ya que su dinero será prácticamente irrecuperable por ir a parar al banco «malo» (llamado «Naviget») creado después de la escisión del banco.
La intervención del Gobierno socialista, en el poder desde hace un mes, fue muy criticada por sus socios de la izquierda radical y por la administración del propio Banif.
La operación supone un coste para las arcas públicas lusas próximo a los 3.000 millones de euros, de los que 2.255 millones deben ser ya inscritos en los Presupuestos del ejercicio todavía vigente, el de 2015.
Según cálculos de la prensa lusa, son cerca de 40.000 los pequeños accionistas afectados por la liquidación del Banif.
La Comisión Europea (CE) aprobó la semana pasada esa ayuda adicional de 3.000 millones de euros para la resolución del banco portugués Banif y la venta de acciones de la entidad al Banco Santander Totta.
El Banco Santander ha adquirido el negocio de Banif por 150 millones de euros, una operación que según la entidad española tendrá un impacto inmaterial en el capital del grupo y ligeramente positivo en el beneficio desde el primer año.
Banif es el octavo mayor banco comercial de Portugal y está presente en las islas Azores y en Madeira a la vez que mantiene filiales operacionales en otros países como Malta, Cabo Verde o Brasil.
En el tercer trimestre la entidad portuguesa, que opera en el sector de los seguros y en la banca de inversión y «offshore», además de tener presencia en Brasil, Estados Unidos, España y Cabo Verde, consolidó un balance de 11.900 millones de euros.
En enero de 2013 Portugal concedió un rescate de 1.100 millones de euros a Banif para que cumpliera con unos requisitos mínimos de capital.