jueves, 28 de agosto de 2014
Telefónica, el mercado de Brasil y la concentración de poder
César Alierta, CEO de Telefónica

César Alierta, CEO de Telefónica

Por Waldheim GARCÍA MONTOYA/Cleyton VILARINO
Brasil, epicentro de los grandes negocios de las principales operadoras globales de las telecomunicaciones, espera que el auge de su atractivo mercado evite concentración de poder y mejore los sistemas actuales con los que funciona el sector.
«Si la moda de las ‘teles’ es Brasil y el sector es visto como una mina de oro, eso tiene que ser retribuido en el mejoramiento de los sistemas, que todavía dejan mucho que desear y están lejos de satisfacer a los clientes en regiones remotas y alejadas de la geografía brasileña», observa el ingeniero Adolfo Vázquez.
El mercado brasileño -el mas grande de Latinoamérica y el de mayor proyección- es hoy en día una oportunidad para las grandes operadoras, especialmente en un momento en que los países tradicionales muestran síntomas de madurez, con guerras de precios a la baja y menor rentabilidad.
Para Vázquez, «la inversión no puede limitarse a desembolsar para comprar acciones y acumular capital, las operadoras necesitan dar prioridad al mejoramiento de los actuales sistemas. Una expansión de servicios, sin calidad, sólo traerá problemas al consumidor final».
En el mercado del gigante sudamericano, el grupo francés Vivendi se ha decantado por Telefónica para venderle su filial brasileña GVT frente a la oferta presentada por Telecom Italia al considerar la propuesta de la española más atractiva.
El precio ofrecido, en una segunda oferta por los españoles, fue de unos 9.820 millones de dólares frente a los 9.227 millones de la italiana.
«Sin duda es una búsqueda por nuevos mercados consumidores y Brasil es hoy una de las mayores economías entre los emergentes y diferente de China, que tiene una condición muy particular y un mercado mucho más regulado por el Estado», matiza el profesor de economía de la Universidad de Campinas, Celio Hiratuka.
Sin embargo, el especialista en economía industrial internacional advierte que las recientes negociaciones deben ser seguidas «muy atentamente» por los organismos reguladores.
Para evitar incumplir con las leyes antimonopolio brasileñas, Telefónica cedería a Vivendi una participación del 8,3 % en Telecom Italia, a su vez controladora de su filial TIM Brasil.
Con la operación, el grupo español reducirá su participación en Telecom Italia del 14,8 % actual a entre el 8 % y el 9 %, porcentaje equivalente al que Telefónica ha ofrecido a Vivendi.
En 2010, Telefónica compró el 50 % del control restante de la compañía Vivo a Portugal Telecom, hasta entonces dueña de la otra mitad, en una operación que fue aprobada por la Anatel, la reguladora del sector pero que requería del aval del órgano antimonopolio.
En septiembre de 2013, la empresa española firmó un acuerdo para elevar hasta el 66 % su participación en el grupo Telco, que es el accionista mayoritario de Telecom Italia, a su vez controladora de TIM Brasil, situación que fue interpretada por el CADE como un riesgo a la concentración del mercado en una sola compañía.
Así, el Tribunal del CADE decidió que el negocio de 2010 «sólo puede ser autorizado» en caso de que Telefónica, controladora de Vivo, «no mantenga una posición financiera, directa o indirecta, en TIM Brasil».
Como alternativa, según el CADE, la adquisición puede ser aprobada «mediante el ingreso de un nuevo socio para Vivo, con experiencia en el sector y sin participación en otra empresa del sector en Brasil», en este caso la francesa Vivendi.
La compra de GVT por parte de Telefónica, opinó Hiratuka, «es todavía una especulación, pero representa una búsqueda de estas empresas en concentrar mercado en Brasil».
En ese contexto, completó el economista, «las reglas de la Anatel (Agencia Nacional de Telecomunicaciones de Brasil) y del CADE (Consejo Administrativo de Defensa Económica) son legítimas en su intuición de proteger el interés del consumidor y evitar el surgimiento de monopolios»
El «enroque» de negocios en el sector se completa con el anuncio de la brasileña Oi, fusionada con Portugal Telecom, de la contratación del banco brasileño de inversiones BTG Pactual para que analice la propuesta de compra de TIM Brasil.
Ambas compañías iniciaron en octubre de 2013 negociaciones para una fusión que podría crear la compañía líder en el mercado de las telecomunicaciones de lengua portuguesa.
El proceso se atascó en julio debido a las revelaciones de PT sobre su exposición al grupo luso Espírito Santo, con el que contrajo una deuda en pagarés de unos 1.186 millones de dólares. (Efe)