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Río de Janeiro, 13 ago (EFE).- El Gobierno brasileño modificará las normas de sus concesiones de carreteras a la iniciativa privada para facilitar la participación de empresas extranjeras, informaron hoy fuentes oficiales.
El objetivo de la modificación es permitir que empresas extranjeras participen como líderes en los consorcios que disputan las concesiones para adjudicarse derechos para construir y operar carreteras federales en el país, explicó la viceministra de Transportes, Natalia Marcassa, en una rueda de prensa.
«Las normas actuales establecen que el líder del consorcio tiene que ser una empresa nacional. Vamos a flexibilizarlas para que ese liderazgo pueda ser ejercido por una empresa extranjera», aseguró Marcassa.
La flexibilización, así como otras anunciadas en la reglamentación de las concesiones, busca atraer capital privado, especialmente extranjero, en proyectos para construir y operar plantas eléctricas, líneas de transmisión, carreteras, ferrocarriles y puertos, entre otros.
El plan de concesiones es considerado prioritario por el Gobierno de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, como herramienta para enfrentar las dificultades de una economía que, según las últimas proyecciones oficiales, puede sufrir este año una contracción de hasta el 1,5 %.
De acuerdo con la viceministra, las diferentes modificaciones en estudio establecen «flexibilizaciones menores» en las exigencias para habilitar empresas, incluso extranjeras, interesas en operar carreteras en Brasil.
«Son cosas simples pero que, a veces, dependen de un impulso burocrático. Nuestro objetivo es mejorar las condiciones de la participación internacional en las licitaciones», dijo.
La viceministra señaló que las modificaciones también buscan facilitar la participación de empresas pequeñas en los concursos en que se ofrecen concesiones de carreteras menores, de 200 o 300 kilómetros.
«Vamos a necesitar más empresas interesadas porque tenemos un conjunto de 16 trechos de carreteras que ofreceremos en concesión entre 2015 y 2016», aseguró.
La flexibilización fue anunciada en momentos en que varias de las principales operadoras de carreteras del país enfrentan problemas financieros por su vinculación al gigantesco escándalo de corrupción en la petrolera Petrobras.
El Programa de Inversión en Logística anunciado en junio pasado por Rousseff prevé inversiones por 198.400 millones de reales (unos 56.685,7 millones de dólares) en los próximos cuatro años en la construcción de aeropuertos, carreteras, ferrocarriles y puertos.
Una de las principales operadoras de carreteras en Brasil es Arteris, empresa controlada por la española Abertis y que administra nueve concesiones en el país, con una extensión total de 3.226 kilómetros.