jueves, 9 de julio de 2015
Democratizar la cultura en Brasil no es una consigna vacía, dice el ministro

Carmen Rodríguez
Madrid, 9 jul (EFE).- El ministro brasileño de Cultura, Juca Ferreira, aseguró hoy que «el esfuerzo de democratizar la cultura» en su país «no es una consigna vacía» y sus instrumentos para ello son el diálogo y la participación de todos.
Ferreira, de visita en Madrid, participó en un acto organizado por la Secretaría Iberoamericana (SEGIB) con el título de «Brasil remix: Modernización y democratización de la cultura».
La cultura en Brasil necesita «modernización» porque el mundo está «avanzando muy rápidamente desde el final del siglo pasado, en gran parte por las nuevas tecnologías», señaló Ferreira en una entrevista con Efe.
Y el gobierno tiene «la obligación de modernizar las relaciones del Estado con la población para acompañar ese proceso de transformación muy acelerado en todos los ámbitos de la Cultura».
En Brasil «poco más» de un 5 % de la población ha entrado alguna vez en un museo y «algo más» del 13 % va al cine. Son números que «nos imponen, dentro del proceso de democratización del país, una estrategia muy poderosa para fortalecer el acceso a la cultura, que esté disponible para toda la población».
Juca Ferreira llegó al Ministerio de Cultura a comienzos de año en lo que fue una vuelta a la cartera que ocupó de 2008 a 2010 con el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, época en la que realizaron una «verdadera revolución cultural».
Una época en la que «ampliamos el concepto de Cultura (…) toda la producción humana pasó a interesarnos y ampliamos mucho la acción y los conceptos del ministerio», relata.
«Yo diría que fue el lado más encantador de la democratización de Brasil», señala con una sonrisa este ministro de 66 años, que habla reafirmando sus palabras con el movimiento de las manos, mientras contrastan su impecable traje y corbata con un pequeño arete de oro que luce en la oreja derecha.
Desde que dejara por primera vez el ministerio el país ha cambiado mucho y «no hay posibilidad de hacer lo mismo» que hicieron entonces, no solo hay que retomar los programas que «habían sido abandonados o enflaquecidos», sino también «poner en marcha un conjunto de estrategias nuevas» en las que están trabajando.
Y para ello tiene una visión muy clara de los instrumentos a usar. La política «no es posible hacerla dentro de los despachos, es preciso dialogar y es necesaria la participación. De artistas, de productores culturales, de empresarios, todo ese mundo hay que incorporarlo en la construcción, ejecución y evaluación de las políticas culturales».
No se puede pensar en el desarrollo de un país -señala- «solo desde la dimensión económica y productiva». La cultura y con ella la educación son centrales «para comprender la complejidad del mundo en el siglo XXI».
Pero la cultura necesita además tener un aporte presupuestario necesario por lo que en Brasil -indicó Ferreira- se está tramitando un proyecto en el que se propone que a la cultura se destine un mínimo del 2 % del presupuesto que «es poco, pero es mucho, significaría hoy cuadruplicar el presupuesto» en esta materia.
Embajador especial de la SEGIB de 2011 a 2012, Ferreira, que responde a la entrevista en «portuñol», según sus palabras, es un claro defensor de la cooperación entre los países de Iberoamérica en todos los ámbitos y por la cartera que ocupa hace hincapié en el aspecto cultura.
«Brasil es un país que tiene una importancia global, (el presidente estadounidense, Barack) Obama acaba de decir que es un socio global, no solamente regional y es una constatación real, pero nosotros estamos insertados en América Latina (…) y tenemos muchos espacios de inserción».
Ferreira abogó por la colaboración en todos los campos culturales. «Crear mercados comunes, sistemas de coproducción, crear una posibilidad de intercambio cultural mayor», pues es «malo, malísimo» que las películas españolas o argentinas que llegan a Brasil lo hagan a través de productoras estadounidenses.
«Constituir un mundo Iberoamericano, yo creo que es una tarea importante para sobrevivir y desarrollarnos dentro de un mundo globalizado»