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Discurso de Gabriel Boric
Río de Janeiro. Por José VALES, para SudAmericaHoy (SAH)
Pasó el Papa Francisco y dejó críticas para todos los gustos, inclusive para la Iglesia, y las directrices de para dónde quiere llevar al catolicismo. Más cerca de los pobres y más lejos de los escándalos que ayudar a poner fin al papado de Benedicto XVI. Por estos días toda la atención de Sudamérica se había trasladado aquí, incluso el Vaticano y sus intrigas, pero ahora todo vuelve a la cruel realidad. Principalmente para la presidenta, Dilma Rousseff, a quien las protestas en estas calles y en las de Sao Paulo no le dieron respiro, porque como rezaba una pancarta: “Si Dios es brasileño, el diablo es carioca. Fuera (Sergio) Cabral”, el cada vez mas impopular gobernador de Rio.
Dilma estuvo en la última misa del Papa y con ella, también se hicieron presentes, el presidente boliviano Evo Morales y la argentina, Cristina Kirchner. Todos vinieron a buscar lo mismo. La bendición y la foto. Algunos se llevaron más que otros. Evo prque sigue a la búsqueda de respaldo internacional después del bizarro episodio que lo tuvo como víctima, semanas atrás, cuando quedó sobrevolando Europa sin autorización de aterrizaje, se llevó la foto que vino a buscar. La mandataria argentina, en cambio, se llevó además unos zapatitos de cuero y medias par su nieto recién nacido. Regalo del Papa que hasta hace unos meses ella consideraba abiertamente “el jefe de la Oposición”.
Pero hoy mucho más después del paso por aquí, Francisco es el argentino más popular del planeta y ella enfrenta en menos de 15 días, las primarias de unas elección cruciales. Por eso llegó aquí con su candidato, Martín Insaurralde, quien en los últimos días viene recortando la ventaja que lleva el otro peronista, en cuestión. El intendente (alcalde) de la ciudad bonaerense de Tigre, Sergio Massa.
En esa polarización, que demuestra que en Argentina todo seguirá pasando por el peronismo, la presidenta se meterá desde hoy de lleno en la etapa final de esa campaña en la que se juega, cuando no el futuro de su proyecto, su posible reelección.
Quienes también entran en otra etapa de su histórica rivalidad familiar son la ex presidente Michelle Bachelet y su oponente, Evelyn Matthei. Como si actuaran “en nombre del padre”, cada una de ellas son hijas de dos personajes claves en la historia reciente de Chile. El gobierno de Salvador Allende y la dictadura de Augusto Pinochet, respectivamente. “Sorpresas de ta la vida”, podría decir la ex mandataria y favorita. Nunca pensó que con el camino allanado hacia el Palacio de La Moneda, tendría que enfrentarse a semejante jugarreta de la historia.
En cambio, Rousseff tendrá a partir de hoy, una realidad tan dura como la que recibió al Sumo Pontífice. Su imagen cayó 27 % en tres semanas. Con las protestas prometiendo ser más violentas de lo que lo fueron hasta aquí, con el Congreso revelado a sus propuestas para superar la crisis y enfrentada con su partido, el de los Trabajadores (PT) que ya ve en Lula la tabla de su salvación.
El Papa dejó aquí los lineamientos de cómo deberá ser ese nuevo modelo de Iglesia durante su papado en América Latina. Se lo dijo a los obispos de la región el domingo en la tarde. Al lado de los pobres, combatiendo la corrupción que los genera, trabajando para superar la desigualdad y con la doctrina de familia siempre presente pero sin intervenir políticamente. De lo que llegó aquí del Vaticano en estos días, también llegaron críticas que le prodigan los sectores más conservadores que se resisten a sus reformas. Tanto a ese modelo de Iglesia como su estilo, llano y directo que conmovió a las multitudes como si su figura fuera de la un “Pop-Star”.
Le cuestionan cierta “liviandad intelectual y filosófica” y su estilo “por momentos demagógico y populista”, que en su caso sería “peronismo”, ya que siempre se reconoció como “un cura peronista”.
Y fue en función a la experiencia política como se fue moviendo en estos meses en el Vaticano. Creó una comisión de ocho cardenales para proponer la reforma de la curia Romana. Allí conviven progresistas como el hondureño Oscar Madariaga, hasta el conservador australiano Georges Pell. De esa manera las decisiones que surjan de allí serán de todos y no de un solo sector.
De regreso en Roma, no será fácil lo que le espera. Por primera vez en el vuelo de regreso a Roma se refirió al escándalo del IOR (Banco Vaticano), donde ya hay un detenido, monseñor, Nunzio Scarano, quien en una carta al Papa vertió acusaciones contra varios cardenales. Junto al Papa, y con perfil muy bajo, pasó por aquí el secretario de Estado Vaticano, el cuestionado Tarciso Bertone, quien según los expertos sería reemplazado en las próximas semanas. Para ese cargo hay varios candidatos. Los cardenales Guiusseppe Bertello, actual presidente del gobierno de la Ciudad del Vaticano), Fernando Filloni, actual prefecto de la Congregación de la Evangelización de los Pueblos, son dos de los más fuertes y más cercanos al Papa.
Por lo que se vio aquí un nuevo modelo de Iglesia está en ciernes. por lo que se ve en Brasil, una nueva etapa de su democracia, y a lo que el Papa no escapó en sus análisis, se juega en las calles. En el resto de Sudamérica, principalmente en Argentina, todo parece más lento y complejo, pero todo pasa por el peronismo, al igual que algunas de las estrategias del “Papa de la calle”.