martes, 10 de noviembre de 2015
El accidente minero en Brasil reducirá la producción de Vale

Sao Paulo, 10 nov (EFE).- El accidente minero del pasado jueves en Brasil que dejó al menos cuatro muertos afectará negativamente la producción de la brasileña Vale, mayor exportadora mundial de hierro y que, junto con la anglo-australiana BHP, controla Samarco, la dueña de los diques cuya ruptura dio lugar al desastre.
La minera Samarco es la empresa encargada de explotar la mina de Germano, en el estado de Minas Gerais (sureste) y donde se originó el accidente que anegó siete poblados.
Tras la conmoción social generada por la tragedia, que además de cuatro muertos dejó una veintena de desaparecidos, se ha colado la cuestión económica, ya que Vale y BHP son dos de las tres mayores mineras del mundo.
El gobierno de Minas Gerais anunció la víspera el embargo de las actividades de Samarco en la zona donde tuvo lugar el vertido, lo que, según Citigroup, provocará una reducción de la oferta de hierro en el mercado mundial y consecuentemente aumentará el precio en el mercado.
De acuerdo con Vale, el accidente puede afectar negativamente la producción de la compañía en la región sureste del país en hasta 3 millones de toneladas en 2015 y 9 millones de toneladas el próximo año.
La compañía, que tras el desastre viene acumulando pérdidas en la bolsa de Sao Paulo, informó igualmente que va a interrumpir la venta de mineral de su mina de Fazendão para Samarco, que procesaba el hierro de Vale para fabricar pellas.
Además de la caída de la producción, Samarco deberá hacer frente a un gran número de indemnizaciones, las cuales deberán de ser determinadas por la Justicia.
Independientemente de la decisión de los tribunales, el Ministerio Público de Minas Gerais recomendó a Samarco pagar un sueldo mínimo de 788 reales mensuales (unos 207,3 dólares) a las familias afectadas por la tragedia, que han sido realojadas en albergues, hoteles o casas de familiares.
Bento Rodrigues, el poblado más afectado, prácticamente fue borrado del mapa pues la avalancha destruyó 158 de sus 180 casas y provocó daños en las 22 restantes.
El lodo también arrasó a su paso tierras de cultivos y pastos y alcanzó, con su contenido de metales pesados, el cauce del río Doce, uno de los mayores del sureste de Brasil, cuyo caudal se ha elevado más de un metro y del que se abastecen varias ciudades.