viernes, 4 de septiembre de 2015
El brasileño Gabriel Mascaro presenta en Venecia un filme «híbrido»

Alicia García de Francisco
Venecia (Italia), 4 sep (EFE).- El brasileño Gabriel Mascaro ha sorprendido en Venecia con «Boi Neon», una ficción con muchos elementos de documental y en la que el género de los personajes queda pretendidamente difuso, una película «híbrida», en palabras de su director.
«Como artista no hago distinción entre ficción y documental, para mí la observación del mundo es híbrida y estamos siempre mirando y recreando la realidad. El hecho de inventar es parte de la experiencia del mundo ordinario», explicó Mascaro en una entrevista con Efe.
Una película que se sitúa en el noroeste de Brasil, entre un grupo de gente bastante surrealista que vive alrededor de las Vaquejadas, unos rodeos muy populares en los que dos hombres a caballo tienen que lograr hacer caer a un buey tirándole de la cola.
El protagonista, Iremar (Juliano Cazarré) se ocupa de los animales mientras sueña con convertirse en diseñador de moda; Galega es una bailarina exótica que entretiene a los hombres que participan en los espectáculos; Cacá es su hija, una niña criada en un ambiente totalmente libre y Zé es un nuevo trabajador obsesionado con su pelo.
Todos ellos conforman, de alguna manera, una familia en el mundo surrealista creado por Mascaro.
«Es una alegoría simbólica muy fuerte de lo que pasa en el Brasil actual, con un crecimiento económico rápido, acelerado, que tiene un gran impacto en las relaciones humanas. Ese es el punto de partida, ver cómo los personajes están viviendo en un nuevo contexto y buscando un nuevo significado para un Brasil contemporáneo».
Y ese cambio se está notando mucho en la región en la que se desarrolla la historia y que «está sufriendo una gran transformación económica, simbólica y política».
Pero al mismo tiempo, la historia se centra en las personas que viven un poco «al margen de ese proceso de transformación económica. Están muy cerca pero no acceden, y así se crea una contradicción por aproximación a ese mundo de inversiones maravillosas».
Ellos viven en un mundo que va mucho más atrasado, pero al mismo tiempo sueñan con cambios. Idemar con la moda o la niña con un caballo, lo que les hace parte «de ese mundo nuevo, del cambio económico y cultural que permite nuevos sueños».
Unos personajes con los que el director también ha querido representar la evolución en los géneros.
«Me gusta difuminar la noción de género. La película intenta mostrar la fluidez del género en el mundo contemporáneo con una historia que se desarrolla en un mundo a priori muy masculino», pero en el que no queda claro qué son sexualmente algunos personajes.
Es, agrega el director, «una contribución a la necesidad de un cambio de noción del género identitario».
Por eso, varios de los personajes principales están, «de alguna manera, transfigurados, traspasan la frontera de la forma habitual con la que establecemos los géneros».
Una historia que tiene muchos elementos de realidad -el realizador nació y creció en esa zona de Brasil- pero también mucha construcción imaginaria, con lo que se crea «una atmósfera un poco surrealista que se mezcla con el mundo cotidiano y banal».
Es el resultado de esa mezcla con la cuidada producción lo que da a «Boi Neon» una fuerza que parece salir de la tierra seca y fragmentada sobre la que viven los personajes.
«No es un gran drama, no se trata de transformaciones existenciales y psicológicas, es una experiencia de vida intensa y visceral», describe Mascaro.
Se trata de personajes con varios mundos que habitan un mismo cuerpo, todo ello retratado con sofisticados movimientos de cámara y actuaciones intensas, con la oposición entre los hombres y los animales como telón de fondo, explica el realizador.
«Es el nuevo Brasil contemporáneo a través de un cine que reflexiona sobre las nuevas contradicciones que se presentan», agrega.
Una película que tras Venecia irá a los festivales de Toronto, Londres y Río de Janeiro y con la que Mascaro espera ayudar a romper los estereotipos de las regiones pobres de Brasil. «Es importante asumir los desafíos contemporáneos y no quedarse en los estereotipos del pasado».