EL VIDEO
Discurso de Gabriel Boric
São Paulo. Por Verónica GOYZUETA, para SudAméricaHoy
Falta una semana y éste no parece ser el esperado Mundial de Brasil en Brasil. En las calles, una decoración tímida verde y amarilla, contrasta con el rojo de los manifestantes de movimientos sociales, que surgen por todos lados, en la importante avenida Paulista, en el centro, en Itaquera, al lado del estadio de la inauguración. El escenario no tiene nada que ver probablemente ni con lo que el Gobierno, la FIFA y los turistas esperaban del Mundial que se realizará en el país del fútbol, después de 64 años.
Ni los feriados están animando a la mayoría. Muchos reclaman del país manifestándose por el torneo. “Han gastado una fortuna en estadios”, reclama un hombre frente al estadio Arena Corinthians, imponente, pero aún rodeado por obras y retoques por hacer. El pasado miércoles, 25 mil manifestantes del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST), se plantaron frente al estadio para pedir una Copa del Pueblo. Con sus exigencias y privilegios fiscales, la FIFA se ganó la antipatía que antes se llevaba el FMI. Las personas dicen en sus lemas y pancartas, que quieren ver el nivel que la FIFA exige, en la vivienda, en las escuelas, en el transporte y en los hospitales.
A propósito, si se toma la línea del metro que lleva del centro de São Paulo al Arena Corinthians, es posible ver un poco más de colores conforme el tren se acerca al estadio, pero muy espaciadamente. Es más fácil ver los carteles de la FIFA.
Pero no se ve en las calles la decoración que se veía en otros campeonatos fuera de aquí. Las pistas y las paredes no están pintadas como antiguamente ni se ven banderas de Brasil por todos lados. Donde se ve decoración es casi siempre en los comercios, que esperan que cuando comience a rodar la bola del Mundial, el espíritu será otro. Los brasileños están desanimados con su Mundial, pero es verdad que no se aguantan cuando ven los «dribles» de Neymar, Hulk, Fred y otros ídolos de una selección que tiene la cara de que llegará lejos.
La última encuesta de Ibope sobre la popularidad del Mundial, difundida el 3 de junio, informa que un 51% de los brasileños está a favor del evento versus un 42% que está en contra. Es un buen porcentaje pero el índice de los contrarios nunca fue tan alto. La encuestadora simuló un termómetro para sentir el calor del Mundial, y un 39% declaró que está “frío”, mientras un 18% dice que está “helado”. Entre los que están más animados, un 30% lo ven caliente, y sólo un 7%, “hirviendo”. O sea, el Mundial todavía no es una fiebre, pero con tantos años conociendo este país, mi previsión es que ese hielo debe comenzar a derretirse a partir del 12 de junio. Habrá Mundial, habrá protestas y Brasil será una caldera hirviente en todos los sentidos.