viernes, 26 de julio de 2013
El Papa de otro mundo

sudamericahoy-columnistas-carmen-de-carlos-bioPor Carmen DE CARLOS, para SudAmericaHoy (SAH)

El Papa del “fin del mundo” volvió a pisar tierra americana (del sur). El viaje estaba previsto antes de que Jorge Mario Bergoglio se convirtiera en Francisco. Sólo Brasil concentra el mayor número de fieles de la Iglesia Católica, con más de 163 millones de creyentes. La cifra podría ser mayor si se tiene en cuenta que más del 15 por ciento de los brasileños comulga con diferentes movimientos evangélicos. El espacio ocupado por estos, históricamente, pertenecía al Vaticano.

La reconquista del terreno perdido forma parte de la misión del Pontífice en su primer viaje oficial al continente que le vio nacer. Su estancia en Brasil no tiene como destino inmediato Argentina. Tampoco lo tendrá este año pese a las filtraciones, en ese sentido, difundidas tras la visita de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner al Vaticano de hace casi cinco meses, tiempo transcurrido de la “entronización” de Francisco.

Las malas relaciones del Gobierno argentino con Monseñor Jorge Bergoglio no parecen, a pesar del formidable ejercicio de simulación, haberse modificado con él como Pontífice. La suspensión de la visita, prevista para diciembre, es buena prueba de ello. Las palabras del Papa de lucha contra la corrupción, abuso de poder, pobreza y exclusión, se interpretan de forma permanente como un mensaje dirigido a la Presidenta de argentina.

En un abrir y cerrar de ojos el Ejecutivo argentino pasó de despreciar a su paisano a erigirse en su máximo defensor. El cálculo político se impuso en menos de una semana de Pontificado: Ser enemigo del Papa no es rentable en los tiempos que corren. Esa misma senda siguieron las organizaciones de derechos humanos que, con el devenir de los años, se han politizado y hoy se identifican y hacen campaña permanente con el Gobierno de la viuda de Néstor Kirchner. Hasta Hebe Bonafini dio un giro en su discurso y hoy defiende a Francisco.

El Papa, –“el verdadero jefe de la oposición” le llamó el difunto Néstor Kirchner cuando Francisco era arzobispo de Buenos Aires- se ha convertido, al menos de puertas afuera de la Casa Rosada, en intocable. Oficialismo y oposición coinciden en eso.

La sociedad, de forma mayoritaria, celebra que su paisano ocupe el trono de Pedro. Tras la metamorfosis del Gobierno con la Iglesia, hasta los medios de comunicación oficialistas miden sus palabras. El manto de sospecha que se tendió los primeros días sobre Francisco y su presunta complicidad con la dictadura desapareció de las portadas y de las páginas interiores de la prensa nacional que comulga con la ideología “K”. Lo que sucede en el interior de esas redacciones y en los despachos de la Rosada es otra cosa.

En esa fiebre, real y de escaparate, pro Papa en Argentina hay una excepción declarada: Los movimientos de homosexuales, transexuales, travestis y lesbianas. Es sabida la posición de la Iglesia al respecto. Pretender que el Papa, de 76 años, cambie, en un abrir y cerrar de ojos, está fuera de cualquier razonamiento realista. Dicho esto, las palabras de Francisco, cuando era Bergoglio, en las que comparó los matrimonios del mismo sexo con el diablo, parecían y parecen, de otro mundo.