miércoles, 5 de agosto de 2015
La banca portuguesa vuelve a números verdes por primera vez desde el rescate

Lucía Rodríguez
Lisboa, 5 ago (EFE).- Los mayores bancos de Portugal ganaron en el primer semestre del 2015 un total de 467,5 millones de euros, una situación insólita desde el rescate del 2011 que lleva a pensar en una posible normalización del sector después de años convulsos.
La mejora de las perspectivas económicas y la robusta reducción de costes en los bancos, a base de despidos y cierre de agencias, han sido dos de las claves del repunte.
La estatal Caixa Geral de Depósitos (CGD), el Banco Comercial Portugués (BCP), el Banco Portugués de Inversiones (BPI) y el Santander Totta, cuatro de los cinco mayores bancos del país, presentaron beneficios en sus cuentas de la primera mitad del año.
El otro gigante bancario luso, el Novo Banco, el tercero en Portugal, atraviesa una anormal situación, pues fue creado hace un año a partir de los activos saludables del Banco Espírito Santo (BES) y actualmente está a punto de ser vendido.
Los resultados de CGD, BCP, BPI y Santander Totta contrastan con los presentados el verano del año pasado, cuando en conjunto ganaron 21,4 millones.
Entonces, tanto BCP como BPI permanecían en números rojos, pues los arrastraban de 2013, cuando en el primer semestre las cuatro entidades sumaban pérdidas por valor de 816 millones de euros.
Desde el inicio del rescate de la troika de acreedores internacionales, CGD y BCP (los dos primeros bancos lusos) han presentado pérdidas salvo en trimestres puntuales, y el BPI ha oscilado entre las ganancias y los ejercicios en números negativos.
Solo la filial del Santander español, Santander Totta, que presentó este martes beneficios de 103,6 millones hasta junio, mantuvo las ganancias durante los años más críticos para la economía portuguesa.
Según los analistas, el impulso hace pensar que la banca puede estar despidiéndose de los efectos de la crisis.
El BCP, el mayor banco privado de Portugal, participado por Sabadell, es ejemplo de ello.
La entidad presentó la semana pasada beneficios de más de 240 millones, la mejor cifra semestral de los últimos ocho años, frente a los 62,6 millones de pérdidas del mismo periodo de 2014.
La pública CGD fue la única entidad que redujo sus beneficios de los últimos seis meses respecto al periodo homólogo.
Estos resultados estuvieron, sin embargo, influenciados por una operación extraordinaria del primer semestre de 2014, cuando vendió sus participaciones en el mercado de seguros.
Sin esos ingresos extraordinarios, la CGD habría registrado pérdidas en la primera mitad de 2014, por lo que los 47 millones de euros de beneficios presentados ahora supondrían una considerable mejora.
En los primeros seis meses de 2015, el BPI ha estado cerca de ser adquirido por los españoles de Caixabank, que lanzaron una Oferta Pública de Adquisición que no llegó a buen puerto.
También se especuló con su fusión con el BCP, movimiento impulsado por su accionista angoleña Isabel dos Santos.
Esa incertidumbre sobre su futuro no ha impedido al cuarto banco luso pasar de registrar 106,6 millones de pérdidas en junio de 2014 a 76,2 millones de beneficios este año.
Las jubilaciones anticipadas y los despidos (unos 1.700) y el cierre de unas 160 sucursales bancarias han sido clave para reducir los costes de los grandes bancos y mejorar sus resultados.
El sector bancario portugués también se ha beneficiado de la evolución de la deuda pública portuguesa, cuyas ventas favorecieron especialmente al BCP.
Otro gran motor para CGD, BCP y BPI fue la actividad internacional, cuyas operaciones supusieron buena parte de las ganancias registrados.
Los resultados globales de los grandes bancos lusos se vieron lastrados en recientes ejercicios por las cantidades abultadas dedicadas a provisiones y deterioro del crédito.
Por ello, otro indicador optimista es la reducción de esta partida en algunas entidades, un 23,6 % menos en CGD y un 42,6 % menos en el Santander Totta, comparando los datos de este semestre con los del mismo periodo del año pasado.
La única entidad en aumentar sus provisiones fue el BCP, al mismo tiempo que veía aumentar su índice de crédito en riesgo (del 11,9 % al 12,4 %).
Después de tres años de recesión, la economía de Portugal creció un 0,9 % en 2014, mismo año en que se cerró en el país el rescate financiero otorgado por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.