Río de Janeiro, 3 ago (EFE).- El real brasileño cerró hoy en su menor valor frente al dólar en doce años, desde marzo de 2003, tras sufrir una devaluación del 0,84 % este lunes y acumular una depreciación del 29,9 % en lo que va de año , informó el Banco Central.
La devaluación del real, que ha encendido la señal de alarma en países vecinos como Argentina, se acentuó hoy ante la decisión del Banco Central de seguir reduciendo las operaciones que realizaba para comprar dólares en el mercado y frenar la fuerte caída de la moneda nacional.
Según economistas, la nueva señal de que el organismo emisor no pretende esforzarse para mantener la cotización del real llevó a los inversores a seguir apostando por la subida del dólar, que cerró hoy negociado a 3,452 reales para la compra y a 3,454 para la venta en el tipo de cambio comercial.
El valor no era tan elevado desde los 3,492 reales con los que el dólar cerró la cotización el 20 de marzo de 2003.
El dólar ha cerrado en alza en Brasil en ocho de las nueve últimas jornadas.
La devaluación le ha permitido a Brasil mejorar su resultado en la balanza comercial ante el encarecimiento de las importaciones, en momentos en que el país, que enfrenta una contracción económica, necesita de divisas para reducir el déficit de la balanza de pagos.
Según cifras divulgadas hoy por el Gobierno, con la caída de las importaciones, Brasil acumuló en los primeros siete meses del año un superávit en su balanza comercial de 4.599 millones de dólares, el mejor resultado para el período en los últimos tres años.
Brasil registró el año pasado su primer déficit en la balanza comercial en 14 años.
La devaluación del real, sin embargo, puede presionar los precios, con el encarecimiento de productos y de las materias primas importadas, en momentos en que la inflación se ha convertido en uno de los mayores desafíos para el Gobierno.
Según las previsiones de los economistas, Brasil terminará este año con una inflación del 9,25 %, mas del doble de la meta que el Gobierno se impuso para 2015 (4,50 %).
El ministro brasileño de Planificación, Nelson Barbosa, descartó la semana pasada que el Gobierno pueda utilizar las reservas internacionales, de unos 360.000 millones de dólares, para influir en el tipo de cambio.