Por Ignacio PERALES

Cuando Joao Havelange llegó a la Presidencia de la FIFA, en 1974, descubrió  20 dólares en la caja fuerte, una sede más parecida a una ruina que a lo que se espera encontrar en la FIFA. Cuándo se fue, juraba que su herencia ascendía a  4.000 millones de dólares, sino en la misma caja fuerte en otra parecida. Eso , sin contar otros 100 millones en propiedades y un plantel de miembros superior al número de países que formaban la ONU (Organización de Naciones Unidas). Verdadero, posiblemente  a medias, lo cierto es que en sus 24 años al frente de la FIFA, la dejó irreconocible. Viejo, rico y con la corrupción siempre a punto de meterle un gol, Pele le encajaba, en medio del arco de la honestidad, cuantos directos podía. Havelange llegó a los 100 años. Buenos, malos o regulares, él, sin duda, los aprovecho.

Palabra de Maradona…